viernes, 25 de septiembre de 2009

"Desde la lejanía" (ANÓNIMO)

Hoy Señora, subes a tu capilla conventual, donde tu hijos nos despedimos de Ti.
Tenerlos toda la noche en la adormecida de la plegaria, tiene que ser para Ti satisfactorio, -¿por que quien puede dejar de acercarse a contemplarte?-, ya entronizada en tu flamante templete de plata, y dedicarte esa última Salve. Tú, Madre reconocerás a todos y cada uno de los que por allí pasen, y aun sin oír lo que te van a decir, sabrás qué te van a pedir o agradecer.
Se que Tú no tienes la culpa, pero este año te voy a faltar. Espero de tu comprensión sin medida, y de tu Refugio y Consuelo. Pero este año mi corazón solo podrá estar contigo desde la lejanía, las cosas son como El Padre Celestial las dispone.
-¡Que te voy yo a explicar de eso!-
Que tuviste a tu hijo, colgado de la Cruz, siendo Él mismo, Dios.
Mañana desde que salgas con tus Romeros hasta que llegues a tu Santuario, solo te pido que me des fuerzas para ir desgranando los misterios de tu Santo Rosario, y cuando tu Coro entone la Salve ya en tu Camarín, venerada por todos los que te contemplen, concédeme seguir amándote y la salud necesaria para el año que viene estar a tus plantas como un romero más entre la multitud.
¡¡¡Viva la Madre de Dios¡¡¡

Un hermano cualquiera.