domingo, 31 de enero de 2010

Normalidad en el Cabildo General Ordinario

El pasado sábado se celebró, como estaba previsto, el Cabildo General Ordinario del año 2009 de nuestra Hermandad. En el mismo se aprobaron con normalidad las cuentas del ejercicio anterior, quedando a favor de la Hermandad el saldo de las mismas (superavit). También se aprobó el acta del Cabildo General anterior.

En el punto de ruegos y preguntas no hubo ningún comentario por parte de los hermanos asistentes, por lo que el Cabildo finalizó con total normalidad. Se rezaron las preces pertinentes por parte de Nuestro Párroco Don Juan Carlos De la Rosa Egea.

viernes, 29 de enero de 2010

Santa Misa en el Santuario

El próximo domingo a las 13.00 horas se celebrará la Santa Misa de último domingo de mes en el Santuario de Nuestra Señora de Guaditoca. La ecuaristía estará presidida por el Párroco de Guadalcanal, Don Juan Carlos de la Rosa Egea, y cantada por el Coro Romero "Nuestra Señora de Guaditoca".

Previamente, el sábado a las 18.00 horas, tal como anuncia más abajo nuestro blog, tendrá lugar el Cabildo General Ordinario de nuestra Hermandad, en el Salón de Actos de la Biblioteca Pública de Guadalcanal.

Rogamos a los Hermanos la asistencia a estos actos de nuestra Corporación.

jueves, 21 de enero de 2010

CABILDO GENERAL ORDINARIO

La Junta de Gobierno de la Real e Ilustre Hermandad de Nuestra Señora de Guaditoca, Patrona de Guadalcanal, convoca a todos sus hermanos y hermanas mayores de edad a

CABILDO GENERAL ORDINARIO

Del año 2009, que tendrá lugar (D.M.) el próximo sábado, 30 de Enero de 2010 a las 17,30 horas en primera convocatoria y a las 18,00 horas en segunda, en el Salón de Actos de la Biblioteca Pública de Guadalcanal, sito en Calle Poza s/n, y que seguirá el siguiente

ORDEN DEL DIA

1º.- Lectura y aprobación, si procede, del acta del Cabildo General anterior.
2º.- Lectura y aprobación, si procede, del estado de cuentas del ejercicio anterior.
3º.- Ruegos y preguntas.

Recordamos a todos los hermanos la obligación que marcan nuestras Sagradas Reglas de asistir a este tipo de asambleas.

martes, 19 de enero de 2010

Capítulo VII (2ª Parte)

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La llave del Sagrario con su cinta.
Cuatro sombrerillos del Niño Bellotero.
Catorce paños de tafetán encarnado con su flecadura de seda.
Colgadura para la capilla de Ntra. Señora.
Las cuales alhajas declaró la Sra. Marquesa de San Antonio de Mira el Río, ser las mismas que están en su poder, propias de Ntra. Señora, todas las cuales manifestó para este Inventario y por el orden que van sentadas; y por lo que hace a las que están en la Ermita compareció el Hermano Francisco de la Cruz, que asiste a dicho Santuario, y declaró estar en él las alhajas que se dirán y son a saber:
Primeramente un vestido de Ntra. Señora color encarnado de tela de plata con guarnición de oro, que tiene puesto Ntra. Señora.
Un manto azul de tela de plata.
Una corona de planta lisa que tiene puesta Ntra. Señora.
Un cáliz con su patena de plata y cucharita.
Un alba con todo lo necesario, que sirve para las misas que entre año se celebran en dicha Ermita.
Dos cornialtares y todo el recado.
Dos frontales de damasco encarnado, el uno viejo con flores blanca, y dos frontales de lienzo pintado que sirven a los colaterales.
Cuatro tablas de manteles y una toalla.
Las andas de plata con sus cuatro mástiles, cornisa y sombrero todo armado.
Dos rostrillos de piedras y perlas falsas.
Dos velos que están puestos, el uno de tapiz y otro de tafetán encarnado.
Las cuales alhajas el dicho Hermano declaró ser las mismas que están en dicha Ermita y demostrará cada vez que convenga, en cuyo estado la Señora Marquesa manifestó pertenecer a la Ermita seiscientos y cuarenta reales, que recibió Pedro Oliveros, platero de la Ciudad de Llerena, que los recibió para ayudar a la fábrica de dos chapas para las andas; previniendo dicha señora que si fuese más o menos constará de la escritura de dicho platero otorgó ante Miguel Gerónimo Escutia, escribano a que se remite: y que lo demás que fuese necesario para acabar dichas andas, queda de cargo de su señoría costearlo por la disposición del Sr. Marqués difunto, que así fue su voluntad.
En cuya conformidad se hizo dicho inventario, que firmó dicha señora Marquesa por lo que así toca y dicho hermano no firmó por que dijo no saber; de todo lo cual yo el notario doy fe.- Y en este estado dicha señora declaró que la Imagen de la Virgen tiene un anillo que le dió de limosna la señora Sor Xaviera de Santa Ana, Abadesa del Espíritu Santo, con la condición de que siempre le tenga puesto: por lo cual le tiene Ntra. Señora y es con un diamante en dicho anillo.- Y que a más tiene una lámpara de azofar que es la que sirve. = La Marquesa de San Antonio de Mira el Río.- Ante mí, Francisco Gallego”. (50)
Lo inserto ya nos muestra las riquezas que la piedad de los fieles fueron reuniendo a la Virgen de Guaditoca; pero hemos de agregar a lo anterior las fincas inscritas a su nombre en 1753 (51)
“Una casa situada en la calle de San Francisco, de un piso, doce varas de frente y diez de fondo, confronta, saliendo de ella a la derecha, con casa de Francisco Sayago, y por la izquierda con casa de Ana Gómez, cuyo arrendamiento anual se ha estimado en ocho ducados: está gravada con una memoria perpétua de diez y seis reales que de rédito anual se paga a la Iglesia parroquial de Santa María la Mayor de esta Villa.
Así mismo tiene dicha Imagen diferentes portales para la feria que en ella se celebra, que se hallan en el sitio de Guaditoca, distante legua y media de la población, que tiene de frente el uno, cuarenta y dos varas y cinco de fondo, cuyo arrendamiento anual se ha estimado en cuatro ducados.
Una casa en dicho sitio y distancia, de un piso, siete varas de frente y cuatro de fondo, cuyo arrendamiento anal se ha estimado en un ducado.
Otro portal con veintiuna varas de frente y cuatro de fondo, cuyo arrendamiento anual se he estimado en dos ducados.
Otro con catorce varas de frente y cuatro de fondo, cuyo arrendamiento anual se estima en un ducado.
Una casa en dicho sitio y distancia de un piso con ocho varas de frente y cuatro de fondo, cuyo arrendamiento anual se ha estimado en un ducado.
Otra casa en el referido sitio y distancia de un solo piso, seis varas de frente y cuatro de fondo, cuyo arrendamiento anual se ha estimado en un ducado.
Otra casa de un solo piso en el dicho sitio y misma distancia, cinco varas de frente y cuatro de fondo, cuyo arrendamiento anual se ha estimado en un ducado.
Una pieza de tierra de secano de cabida de media fanega de trigo de puño en sembradura, de tercera calidad de el término de su especie a el sitio de Sangre linda, distante media legua de la población; confronta al S. Con tierra de María de Fuentes, al N. Con tierra de Juan Gordillo, al P. con tierra de Juan Espino y al S. Con tierra concejil.”
No tenemos noticias de los bienes que poseyera la Santísima Virgen en Berlanga y Ahillones en donde hubo Hermandad; pero sí sabemos que en Valverde tenía cuatro censos; uno de 9 reales, otro de 16 reales y diez y seis maravedis; otro de 24 reales y otro de 11 reales y 8 maravedis. (52)
No se incluyen aquí los bienes que reservó D. Nicolás Ortega, ni el censo que gravó sobre sus fincas D. Juan Pedro Ortega.
Tal era el caudal de la Santísima Virgen de Guaditoca al mediar el siglo XVIII. Al siglo siguiente estaba reservado dilapidar este patrimonio, del cual no queda más que la memoria. Causa profunda pena en el ánimo el ver como se ha expoliado a la bendita Imagen de Nuestra Señora de Guaditoca, de cuanto le donó la piedad y el amor de sus hijos.
Al mediar el siglo XIX, no quedó del caudal de la Señora otra cosa que los muros casi derruidos del Templo: pero no adelantemos los sucesos, que no es ocasión más que para gozarse al ver, al mediar el siglo XVIII, tanta piedad y fe tan sincera, tanta confianza y tan rendida gratitud a la Santísima Virgen, como silenciosamente enseñan las páginas anteriores.
En estos últimos años nuevamente sus hijos, con generosidad digna de loa, acuden a honrar a su Madre, y, ni faltan las limosnas, ni deja de recibir donaciones en ropas y otros efectos..


martes, 12 de enero de 2010

LA VIDA DE MARÍA. Capítulo IV

"EL MATRIMONIO DE MARÍA"

Los evangelios hacen aparecer a María cuando narran la concepción de Jesús. Según lo que narran se puede ver que María en ese momento era prometida de José de Nazaret, quien era carpintero. Los relatos evangélicos se inician después de los desposorios de María con San José. El evangelio según san Lucas dedica dos capítulos a la concepción e infancia de Jesús. Es en Lucas también donde es llamada "muy favorecida", "bendita entre todas las mujeres", "madre del Señor". El apelativo "muy favorecida", frecuente en las traducciones prostestantes, se traduce en las biblias católicas en general como "llena de gracia" (siguiendo el "gratia plena" de la Vulgata). La Biblia de Jerusalén apunta en la glosa del evangelio según san Lucas 1,28 que este saludo en forma literal significa: "tú que has estado y sigues estando llena del favor divino".
Según la tradición judía de aquel momento, los jóvenes varones se desposaban entre los dieciocho y veinticuatro años, mientras que las jóvenes mujeres a partir de los doce años eran consideradas doncellas (na'arah) a partir de esa edad podían desposarse. El matrimonio judío tenía dos momentos, desposorio y matrimonio propiamente dicho: el primero era celebrado en la casa de la novia y traía consigo acuerdos y obligaciones, aunque la vida en común era preciso. Si la novia no había estado casada antes se esperaba un año después del desposorio para llegar a la segunda parte, el matrimonio propiamente dicho, donde el novio llevaba solemnemente a la novia desde la casa de sus padres a la de él.

viernes, 8 de enero de 2010

"Que canten los niños"

Ahora que han pasado ya los dias de Navidad os dejamos sendas imágenes entrañables de la visita de los niños el pasado domingo 27 de Diciembre a Nuestra Patrona, en la que el Coro de Voces Blancas de la Escuela de Música ofreció sendos villancicos para amenizar como prólogo la Misa de Navidad que se celebró en el Santuario.









martes, 5 de enero de 2010

EPIFANÍA DEL SEÑOR


La Epifanía es una de las fiestas litúrgicas más antiguas, más aún que la misma Navidad. Comenzó a celebrarse en Oriente en el siglo III y en Occidente se la adoptó en el curso del IV. Epifanía, voz griega que a veces se ha usado como nombre de persona, significa "manifestación", pues el Señor se reveló a los paganos en la persona de los magos.
Tres misterios se han solido celebrar en esta sola fiesta, por ser tradición antiquísima que sucedieron en una misma fecha aunque no en un mismo año; estos acontecimientos salvíficos son la adoración de los magos, el bautismo de Cristo por Juan y el primer milagro que Jesucristo, por intercesión de su madre, realizó en las bodas de Caná y que, como lo señala el evangelista Juan, fue motivo de que los discípulos creyeran en su Maestro como Dios.
Para los occidentales, que, como queda dicho más arriba, aceptaron la fiesta alrededor del año 400, la Epifanía es popularmente el día de los reyes magos. En la antífona de entrada de la misa correspondiente a esta solemnidad se canta: "Ya viene el Señor del universo. en sus manos está la realeza, el poder y el imperio". El verdadero rey que debemos contemplar en esta festividad es el pequeño Jesús. Las oraciones litúrgicas se refieren a la estrella que condujo a los magos junto al Niño Divino, al que buscaban para adorarlo.
Precisamente en esta adoración han visto los santos padres la aceptación de la divinidad de Jesucristo por parte de los pueblos paganos. Los magos supieron utilizar sus conocimientos-en su caso, la astronomía de su tiempo- para descubrir al Salvador, prometido por medio de Israel, a todos los hombres.
El sagrado misterio de la Epifanía está referido en el evangelio de san Mateo. Al llegar los magos a Jerusalén, éstos preguntaron en la corte el paradero del "Rey de los judíos". Los maestros de la ley supieron informarles que el Mesías del Señor debía nacer en Belén, la pequeña ciudad natal de David; sin embargo fueron incapaces de ir a adorarlo junto con los extranjeros. Los magos, llegados al lugar donde estaban el niño con María su madre, ofrecieron oro, incienso y mirra, sustancias preciosas en las que la tradición ha querido ver el reconocimiento implícito de la realeza mesiánica de Cristo (oro), de su divinidad (incienso) y de su humanidad (mirra).
A Melchor, Gaspar y Baltasar -nombres que les ha atribuido la leyenda, considerándolos tres por ser triple el don presentado, según el texto evangélico -puede llamárselos adecuadamente peregrinos de la estrella. Los orientales llamaban magos a sus doctores; en lengua persa, mago significa "sacerdote". La tradición, más tarde, ha dado a estos personajes el título de reyes, como buscando destacar más aún la solemnidad del episodio que, en sí mismo, es humilde y sencillo. Esta atribución de realeza a los visitantes ha sido apoyada ocasionalmente en numerosos pasajes de la Escritura que describen el homenaje que el Mesías de Israel recibe por parte de los reyes extranjeros.
La Epifanía, como lo expresa la liturgia, anticipa nuestra participación en la gloria de la inmortalidad de Cristo manifestada en una naturaleza mortal como la nuestra. Es, pues, una fiesta de esperanza que prolonga la luz de Navidad.
Esta solemnidad debería ser muy especialmente observada por los pueblos que, como el nuestro, no pertenecen a Israel según la sangre. En los tiempos antiguos, sólo los profetas, inspirados por Dios mismo, llegaron a vislumbrar el estupendo designio del Señor: salvar a la humanidad entera, y no exclusivamente al pueblo elegido.
Con conciencia siempre creciente de la misericordia del Señor, construyamos desde hoy nuestra espiritualidad personal y comunitaria en la tolerancia y la comprensión de los que son distintos en su conducta religiosa, o proceden de pueblos y culturas diferentes a los nuestros.
Sólo Dios salva: las actitudes y los valores humanos, la raza, la lengua, las costumbres, participan de este don redentor si se adecuan a la voluntad redentora de Dios, "nunca" por méritos propios. Las diversas culturas están llamadas a encarnar el evangelio de Cristo, según su genio propio, no a sustituirlo, pues es único, original y eterno.