martes, 19 de enero de 2010

Capítulo VII (2ª Parte)

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La llave del Sagrario con su cinta.
Cuatro sombrerillos del Niño Bellotero.
Catorce paños de tafetán encarnado con su flecadura de seda.
Colgadura para la capilla de Ntra. Señora.
Las cuales alhajas declaró la Sra. Marquesa de San Antonio de Mira el Río, ser las mismas que están en su poder, propias de Ntra. Señora, todas las cuales manifestó para este Inventario y por el orden que van sentadas; y por lo que hace a las que están en la Ermita compareció el Hermano Francisco de la Cruz, que asiste a dicho Santuario, y declaró estar en él las alhajas que se dirán y son a saber:
Primeramente un vestido de Ntra. Señora color encarnado de tela de plata con guarnición de oro, que tiene puesto Ntra. Señora.
Un manto azul de tela de plata.
Una corona de planta lisa que tiene puesta Ntra. Señora.
Un cáliz con su patena de plata y cucharita.
Un alba con todo lo necesario, que sirve para las misas que entre año se celebran en dicha Ermita.
Dos cornialtares y todo el recado.
Dos frontales de damasco encarnado, el uno viejo con flores blanca, y dos frontales de lienzo pintado que sirven a los colaterales.
Cuatro tablas de manteles y una toalla.
Las andas de plata con sus cuatro mástiles, cornisa y sombrero todo armado.
Dos rostrillos de piedras y perlas falsas.
Dos velos que están puestos, el uno de tapiz y otro de tafetán encarnado.
Las cuales alhajas el dicho Hermano declaró ser las mismas que están en dicha Ermita y demostrará cada vez que convenga, en cuyo estado la Señora Marquesa manifestó pertenecer a la Ermita seiscientos y cuarenta reales, que recibió Pedro Oliveros, platero de la Ciudad de Llerena, que los recibió para ayudar a la fábrica de dos chapas para las andas; previniendo dicha señora que si fuese más o menos constará de la escritura de dicho platero otorgó ante Miguel Gerónimo Escutia, escribano a que se remite: y que lo demás que fuese necesario para acabar dichas andas, queda de cargo de su señoría costearlo por la disposición del Sr. Marqués difunto, que así fue su voluntad.
En cuya conformidad se hizo dicho inventario, que firmó dicha señora Marquesa por lo que así toca y dicho hermano no firmó por que dijo no saber; de todo lo cual yo el notario doy fe.- Y en este estado dicha señora declaró que la Imagen de la Virgen tiene un anillo que le dió de limosna la señora Sor Xaviera de Santa Ana, Abadesa del Espíritu Santo, con la condición de que siempre le tenga puesto: por lo cual le tiene Ntra. Señora y es con un diamante en dicho anillo.- Y que a más tiene una lámpara de azofar que es la que sirve. = La Marquesa de San Antonio de Mira el Río.- Ante mí, Francisco Gallego”. (50)
Lo inserto ya nos muestra las riquezas que la piedad de los fieles fueron reuniendo a la Virgen de Guaditoca; pero hemos de agregar a lo anterior las fincas inscritas a su nombre en 1753 (51)
“Una casa situada en la calle de San Francisco, de un piso, doce varas de frente y diez de fondo, confronta, saliendo de ella a la derecha, con casa de Francisco Sayago, y por la izquierda con casa de Ana Gómez, cuyo arrendamiento anual se ha estimado en ocho ducados: está gravada con una memoria perpétua de diez y seis reales que de rédito anual se paga a la Iglesia parroquial de Santa María la Mayor de esta Villa.
Así mismo tiene dicha Imagen diferentes portales para la feria que en ella se celebra, que se hallan en el sitio de Guaditoca, distante legua y media de la población, que tiene de frente el uno, cuarenta y dos varas y cinco de fondo, cuyo arrendamiento anual se ha estimado en cuatro ducados.
Una casa en dicho sitio y distancia, de un piso, siete varas de frente y cuatro de fondo, cuyo arrendamiento anal se ha estimado en un ducado.
Otro portal con veintiuna varas de frente y cuatro de fondo, cuyo arrendamiento anual se he estimado en dos ducados.
Otro con catorce varas de frente y cuatro de fondo, cuyo arrendamiento anual se estima en un ducado.
Una casa en dicho sitio y distancia de un piso con ocho varas de frente y cuatro de fondo, cuyo arrendamiento anual se ha estimado en un ducado.
Otra casa en el referido sitio y distancia de un solo piso, seis varas de frente y cuatro de fondo, cuyo arrendamiento anual se ha estimado en un ducado.
Otra casa de un solo piso en el dicho sitio y misma distancia, cinco varas de frente y cuatro de fondo, cuyo arrendamiento anual se ha estimado en un ducado.
Una pieza de tierra de secano de cabida de media fanega de trigo de puño en sembradura, de tercera calidad de el término de su especie a el sitio de Sangre linda, distante media legua de la población; confronta al S. Con tierra de María de Fuentes, al N. Con tierra de Juan Gordillo, al P. con tierra de Juan Espino y al S. Con tierra concejil.”
No tenemos noticias de los bienes que poseyera la Santísima Virgen en Berlanga y Ahillones en donde hubo Hermandad; pero sí sabemos que en Valverde tenía cuatro censos; uno de 9 reales, otro de 16 reales y diez y seis maravedis; otro de 24 reales y otro de 11 reales y 8 maravedis. (52)
No se incluyen aquí los bienes que reservó D. Nicolás Ortega, ni el censo que gravó sobre sus fincas D. Juan Pedro Ortega.
Tal era el caudal de la Santísima Virgen de Guaditoca al mediar el siglo XVIII. Al siglo siguiente estaba reservado dilapidar este patrimonio, del cual no queda más que la memoria. Causa profunda pena en el ánimo el ver como se ha expoliado a la bendita Imagen de Nuestra Señora de Guaditoca, de cuanto le donó la piedad y el amor de sus hijos.
Al mediar el siglo XIX, no quedó del caudal de la Señora otra cosa que los muros casi derruidos del Templo: pero no adelantemos los sucesos, que no es ocasión más que para gozarse al ver, al mediar el siglo XVIII, tanta piedad y fe tan sincera, tanta confianza y tan rendida gratitud a la Santísima Virgen, como silenciosamente enseñan las páginas anteriores.
En estos últimos años nuevamente sus hijos, con generosidad digna de loa, acuden a honrar a su Madre, y, ni faltan las limosnas, ni deja de recibir donaciones en ropas y otros efectos..