jueves, 29 de diciembre de 2011

Santa Misa de Navidad y Presentación del Cartel Conmemorativo

Este sábado, 31 de Diciembre de 2011, a partir de las 17.00 horas y como cada último sábado de mes, se celebrará en el Santuario de Nuestra Señora de Guaditoca la Santa Misa que nuestra Hermandad consagra mensualmente a Nuestra Patrona, y que con motivo de las Fiestas Navideñas tendrá un caracter especial y entrañable como todos los años.

A la conclusión de la Santa Misa tendrá lugar la presentación del Cartel Conmemorativo que nuestra Hermandad editará con motivo de la celebración del 375 Aniversario de la Primera Venida de Nuestra Señora de Guaditoca a Guadalcanal, que como se comunicó en esta web se celebrará el próximo año 2012.

Invitamos a todos los hermanos y devotos a que asistan a este encuentro con Nuestra Patrona para despedir este año 2011.

martes, 27 de diciembre de 2011

Se celebró el Recital de Villancicos

El pasado viernes en el Cine Teatro de Guadalcanal se celebró el Recital de Villancicos organizado por la Diputación Provincial de Sevilla, en colaboración con el Excelentísimo Ayuntamiento de Guadalcanal, y cuyos fondos fueron a beneficio de nuestra Hermandad.

Abrió el acto con su presentación nuestra hermana Clotilde Sánchez Uceda, concejal Delegada de Cultura del Ayuntamiento, que hizo un breve repaso por la historia del villancico, acercándolo a los que iba a interpretar minutos después el Coro Romero "Nuestra Señora de Guaditoca", reflejando en dichas palabras el Nacimiento del Niño de Dios, el Pastorcito Divino. Al instante hacían su entrada en el escenario los miembros de nuestro Coro Romero "Ntra. Sra. de Guaditoca" que magistralmente interpretaron sendos villancicos que hicieron las delicias del público que una vez más aplaudió con fuerzas cada una de sus interpretaciones.

Una vez nuestro coro interpretó sus piezas, dieron paso a la actuación del Coro de Campanilleros "Almazara" de Alcalá de Guadaira, que a su vez interpretaron numerosos villancicos por los diferentes palos del flamenco, que irrumpieron en numerosos aplausos por parte de todos los asistentes.

Fue, sin lugar a dudas, un magnífico prólogo de Nochebuena, del que ofreceremos sendas imágenes en cuanto las tengamos en nuestro poder.

Gracias a todos los asistentes por su presencia.

domingo, 25 de diciembre de 2011

domingo, 18 de diciembre de 2011

RECITAL DE VILLANCICOS



El próximo viernes 23 de Diciembre a partir de las 21.00 horas en el Cine-Teatro Municipal de Guadalcanal, tendrá lugar un recital de Villancicos a beneficio de nuestra Hermandad, patrocinado por la Diputación Provincial de Sevilla y en el que participaran el Coro Romero Nuestra Señora de Guaditoca, de nuestra Hermandad, y el Coro de Campanilleros “Almazara” de Alcalá de Guadaira (Sevilla).

Esperamos contar con la presencia de todos los habitantes de nuestro pueblo, en esta víspera de la Nochebuena, para dar la Bienvenida a la Navidad.

lunes, 12 de diciembre de 2011

375 ANIVERSARIO de la Primera Venida de Nuestra Señora de Guaditoca a Guadalcanal



El próximo año 2012 se cumplen 375 años desde que Nuestra Señora de Guaditoca, Patrona de Guadalcanal, visitase por vez primera nuestro pueblo, del que es Patrona y Protectora desde tiempo inmemorial. Fue por el año 1637 cuando (según consta en el libro “El Santuario de Ntra. Sra. De Guaditoca” de Antonio Muñoz Torrado, y en diferentes documentos archivados) Nuestra Patrona visitó por vez primera Guadalcanal, viniendo por diferentes causas periódicamente, normalmente enfermedades, epidemias y causas de extrema necesidad. No fue hasta que la Popular Feria de Ganado que se celebraba en los aledaños del Santuario fuera trasladada a la Villa cuando Nuestra Patrona comenzó a venir anualmente como lo hace en la actualidad.

Es por ello que, para conmemorar esta importantísima efemérides, la Junta de Gobierno está elaborando una relación de actos y cultos extraordinarios que se consagrarán durante todo el año 2012 a Nuestra Patrona, y que puntualmente se darán a conocer a todos nuestros Hermanos y Hermanas, así como a todos los devotos, cuando estén completamente perfilados.

Es una satisfacción para nuestro pueblo y para nuestra Hermandad poder conmemorar una fecha tan extraordinaria, ya que se ha mantenido la devoción a nuestra Patrona desde tiempo inmemorial hasta nuestros días.

jueves, 1 de diciembre de 2011

CAPITULO XV: Ultima Parte

Muchas paginas serían necesarias para insertar las lista de donantes; pues a la obra contribuyó todo el vecindario, el rico y el pobre, sin distinción de clases ni de condiciones; todos aportaron con generosidad y piedad cuanto pudieron, y si hubiéramos de trasladar al papel cada frase, nacida del más acendrado amor, con las que se acompañaba la limosna, empresa más ardua sería; porque sería escribir la historia completa y acabada de los favores y mercedes que la Santa Virgen ha dispensado a esta generación y a las anteriores; y consignar tantos actos de fe profunda y de amor filial, de gratitud la más rendida, y de confianza la más firme en la protección de la Reina del cielo, como hijos tiene este pueblo.
No solo pudo atenderse a la obra imprescindible, sino se extendió el plan a otras de ornato y embellecimiento: se resanaron las bóvedas de la Iglesia y las cúpulas de la Capilla mayor y del Camarín; se desmontaron las armaduras de los techos para colocarlas en las convenientes condiciones de seguridad; se atendió a los muros, y no quedó parte alguna sin que en ella no se hiciera el reparo necesario; se colocó en el templo solería de buena baldosa del país, y en el presbiterio de ladrillo y olambrilla; se recubrieron de azulejos de cuenca los muros del templo hasta la altura conveniente, y en el altar mayor se colocó un rico frontal de azulejos de reflejo metálico; al atrio, a más de la obra de reparación, de que tan necesitado estaba, se le puso pavimento de cemento, y los cinco arcos que lo forman se cerraron con verjas de hierro; se preparó y arregló casa para el santero a fin de que hubiera fijamente persona al cuidado del templo y tuvieran facilidades los fieles para visitarlo. Se hicieron manteles nuevos para los altares y se dotó al templo de otros objetos necesarios para el culto: para todo dio la piedad de los fieles. Si sumamos las limosnas en dinero, y las que se dieron en servicios y materiales, en regalo de ropas y de otros modos, llega lo reunido e invertido a 15000 pesetas.
Todo quedó dispuesto y terminado a mediados del mes de Septiembre y en espera de que llegase el día ansiado en la Venerada Imagen de la Virgen de Guaditoca fuese nuevamente colocada en su Templo adornado por el amor de sus devotos.
En este año se celebró la Novena con mayor esplendor que años anteriores, y con más asistencia de fieles y devotos; y el día 20 de Septiembre por la tarde se trasladó la Santísima Virgen en solemne procesión, como de costumbre, a la Iglesia del Convento del Espíritu Santo, recorriendo algunas calles más que la tradición señala, acompañando gran multitud con velas encendidas y presidiendo la Corporación municipal según tiene la obligación. Quedó la Santa Imagen, una vez cantada la salve con que se termina la procesión, al cuidado de las religiosas de la Doctrina cristiana, que disfrutan el antiguo convento; y desde entonces y hasta la madrugada, no cesó el ir y venir de la gente a visitar y despedir, como dicen, a la Virgen bendita, y confiarle sus necesidades y apuros para que como buena Madre los despache favorablemente antes de su partida; el número de los que quedaron durante toda la noche, ya por devoción, ya por promesa acompañando a la Señora, no fue escaso.
A la madrugada se cantó solemnemente la Santa Misa, y terminada llegó la Cofradía del Rosario de la Aurora, que por la divina misericordia aún saca el Santo Rosario por las calles y plazas al rayar el día, cantando las alabanzas a la Madre de Dios, e hizo su acostumbrada estación, y esperó se organizara la procesión con asistencia del Clero parroquial de Santa María para acompañar a la Santísima Virgen hasta el puerto de Llerena, en lo alto de la sierra, en donde cantada la Salve se despide oficialmente a la Santa Imagen, y acompaña después el Clero particularmente.
Ya de antemano había empezado el movimiento natural de gente que al Santuario dirigía sus pasos, llenando caminos y veredas, atajos y trochas, movida del mismo espíritu de amor a la Virgen bendita de Guaditoca; muchos caminaban a pie en cumplimiento de promesas y en pago de favores de cuantía que su Patrona les concedió en horas muy tristes y amargas. Nada comparable a aquel abigarrado conjunto, al pueblo de Guadalcanal esparcido por todo el camino, y podemos decir que no quedaron en la Villa más que los enfermos o retenidos por ocupaciones ineludibles.
Cerca de las nueve de la mañana llegó la Santa Imagen a la Cruz del aceite, en donde esperaba el Clero paramentado, organizándose la procesión en medio de aquella multitud, engrosada con el contingente de devotos, ya llegados al Santuario de los pueblos limítrofes de Extremadura. Sentíase uno arrebatado a siglos pretéritos, presenciando la procesión que se hacía con la Stma. Virgen por el real de la feria en los años de más esplendor y pujanza de las fiestas que celebraban en la Pascua de Espíritu Santo. Día es este que difícilmente se borrará de memoria de los que presenciaron tan hermosa fiesta. Púdose llegar al fin a la orilla del río, y colocada la Stma. Virgen de Guaditoca sobre la peña de la aparición, el pueblo cantó la Salve. Nada comparable a aquel cuadro de fe y amor; las lágrimas brotaban espontáneamente, y aquellas notas tan sencillas, llena de virilidad, llevando en ritmo los afectos de tantos corazones, llegaron al de nuestra Madre, parecía que su rostro sonreía, que nos mostraba lo grato de aquellos obsequios; ella eligió aquel lugar y lo santificó; allí nos mostró, por su santo simulacro, que lo escogía como propio y nos elegía para hacernos partícipes de su misericordia y de su amor.
¡Cuántas ideas pasaban por la mente, qué arrobamiento más celestial se experimentaba; creíase uno trasladado de pronto a las regiones inefables de la gloria!
Cada vez se acercaba más el momento deseado: allí junto a la casa de nuestra Madre, la que sus hijos aderezaron con todo entusiasmo, la que esperaba a su Dueña legítima y Señora, avanzó la procesión, no sin grandes esfuerzos y en medio siempre del más delirante entusiasmo; llegó la Santa Imagen a las puertas del Templo y, bendecido éste, entró la Señora seguida de la multitud, apiñándose en el interior una pequeña parte y quedando fuera, por no haber sitio material, la mayor parte de los concurrentes, y prorrumpiendo en vítores ensordecedores al aparecer colocada en su camarín la Virgen de Guaditoca.
Ante tan crecido número de fieles, y atendiendo a los ruegos incesantes de todos, hubo necesidad de improvisar un altar en el atrio del templo para celebrar la Santa Misa, y a él se trasladó la Santa Imagen, no faltando una mano piadosa que colocó a sus pies la Imagen del Niño Bellotero.
Celebró la Santa Misa el Cura Ecónomo de Santa Ana, D. Rafael Ordóñez Rivero, y de Ministros actuaron el Cura de Santa María, D. Demetrio Gallardo Fernández, y el Coadjutor D. Rafael Romero Veloso, predicando el que estas líneas escribe. La parte musical estuvo a cargo de un nutrido coro de niños dirigido por D. Pablo Rodríguez González, Capellán de San Vicente, con acompañamiento de armonium.
Terminada la Santa Misa se trasladó la bendita Imagen definitivamente a su Camarín, no faltando en todo el día del Templo las alabanzas y los cánticos, hasta la tarde, en que cantada la Salve, se dispersó la multitud.
Como nota interesante hemos de consignar que a pesar de la gran concurrencia, como los nacidos no la habían conocido, y de la natural expansión y alegría, no hubo que lamentar el más pequeño desorden, ni el más leve disgusto.
Esta página de la historia del Santuario de Nuestra Señora de Guaditoca, es el más elocuente testimonio de que si bendito nombre vive en el corazón de los hijos de Guadalcanal, y con el amor que estos tienen a su Patrona corre parejas el que le tienen los moradores de toda la comarca, pues todos la aclaman como a su Madre y a su Abogada especialísima.
Han pasado los siglos y a través de las vicisitudes del tiempo y de las mudanzas que forman el obligado cortejo de las cosas humanas, permanece viva la devoción a la Virgen Santísima de Guaditoca.
Hoy, privado el Santuario de sus antiguas rentas de los bienes que le donó la piedad de las generaciones que pasaron, el pueblo fiel y creyente sigue amando y reverenciando a tan piadosa Madre con todas las veras de su corazón, y atiende al culto de la Santísima Virgen, su Patrona amantísima, su generosidad y largueza.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Gran Concierto de nuestra Banda de Musica.

Tras celebrarse una vez mas la Santa Misa en el Santuario, a las 17.00 horas con una gran afluencia de hermanos y devotos que acudieron a venerar una vez mas a Nuestra Patrona, en la noche del sábado 26 de Noviembre, tal y como estaba previsto, la Banda de Música Ntra. Sra. De Guaditoca, de Guadalcanal, ofreció un magnífico concierto de Bandas Sonoras de Películas conocidas que hicieron las delicias del respetable.

Así pues pudimos asistir a una lección magistral de música, a la cual ya nos tiene acostumbrados nuestra Banda, que repaso a través de ocho piezas la música del séptimo arte. Fue un deleite para los sentidos comprobar como nuestra Banda cada vez se supera por demostrar la gran calidad musical que todos los años comprobamos en el Concierto en Homenaje a Su Patrona, Santa Cecilia, que se ha convertido en cita ineludible para todos los amantes de la Música. Desde este blog, reiteramos nuestras felicitaciones y enhorabuena a todos los componentes de la Banda que tiene el honor de llevar el nombre de Nuestra Señora de Guaditoca, Patrona de Guadalcanal, por tantos y tantos rincones demostrando su buen hacer musical.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Santa Misa en el Santuario

Este sábado 26 de Noviembre de 2011, a partir de las 17.00 horas se celebrará en el Santuario de Nuestra Señora de Guaditoca, la Santa Misa que nuestra Hermandad consagra a Nuestra Amantísima Titular cada último fin de semana de Mes.

La misma estará presidida por nuestro Director Espiritual y Párroco de Guadalcanal Don Juan Carlos de la Rosa Egea y corresponderá litúrgicamente a la celebración del Primer Domingo de Adviento, tiempo que nos prepara a partir de este fin de semana para la Venida del Mesías. Acompañará con sus cantos el Coro Romero “Ntra. Sra. De Guaditoca”.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Concierto de Santa Cecilia 2011



La Banda de Música "Nuestra Señora de Guaditoca" ofrecerá el anual concierto para conmemorar la festividad de Santa Cecilia (Patrona de los músicos) el próximo sábado 26 de Noviembre de 2011 en el Cine Teatro de Guadalcanal a partir de las 21.00 horas.


El tema central de este año será el séptimo arte, el Cine, para lo cual nuestra Banda de Música ha preparado un total de ocho Bandas Sonoras de películas conocidas, que a buen seguro causarán el deleite de todos los que tengamos el honor de asistir a dicho espectáculo musical, a sabiendas de que el disfrute máximo está garantizado por la maestría y experiencia a las que nos tiene acostumbrados nuestra magnífica Banda de Música. El precio de la entrada, 4 euros. Los puntos de venta los pueden consultar en el Cartel que nos convoca a todos a este espectáculo y que hoy ocupa nuestra página web.


Desde aquí deseamos toda la suerte a nuestros músicos y a su Director, así como invitamos a todos a que asistan a este Concierto el próximo día 26 de Noviembre.

lunes, 14 de noviembre de 2011

"El Santuario de Ntra. Sra. de Guaditoca" (XV-2ª Parte)

D.ª María Luisa Fernández, Maestra titular que fue de esta Villa, regaló a la Virgen de Guaditoca una toca de tul bordada de oro, por los años 1850. Una hija de ésta, D.ª Ana Luque, regaló unos vuelos de tul bordados con lentejuelas de oro y ésta misma, en nombre de una persona devota de Cazalla, que no quiso dar su nombre, dio de regalo para la Virgen unas aretas de oro (111) Don Ignacio Vázquez compró en diez mil reales, y donó a la Virgen, saya y manto de terciopelo encarnado con bordados de oro (112), y D.ª Mariana Pérez, en nombre de una persona devota natural de la villa y residente fuera de ella, regaló un vestido. (113)
La piedad de los devotos de la Sma. Virgen de Guaditoca despertaba al fin, y los frutos de su amor y devoción debían pronto manifestarse con amplitud, preparando y disponiendo un nuevo estado y el comienzo de otra época en la historia del Santuario.
El Clero y el pueblo en íntima unión volvieron los ojos a su Madre, y el amor de hijos les espoleó y dio bríos para emprender la restauración de su culto.
Dejemos a uno de los Sacerdotes que con más entusiasmo trabajaron en esta santa obra, Don Lorenzo García Vera, que nos cuente el renacimiento del culto a la Virgen (114)
“En el año 1853, observándose la desnudez en que se encontraba la Santa Imagen y que varios devotos tenían ofrendas limosnas de consideración para la Virgen, pero no se atrevían a entregarlas a D. Francisco de Ortega, conociendo su mala administración, y deseaban una ocasión propicia para que estas limosnas se invirtieran de una manera positiva en atender a alguna de las muchas necesidades que tenía la Virgen; sabedores de esto el declarante, D. Antonio Yanes Gil, Pbro. residente en la actualidad en el Monasterio de San Lorenzo del Escorial, y D. José M.ª Cordo, presbítero de los de esta parroquial mayor, concibieron el proyecto de recolectar las limosnas de que va hecho mérito y las demás que los fieles ofreciesen voluntariamente con fin de comprar un vestido y manto de tisú para dicha Señora de Guaditoca, como lo ejecutaron, recogiendo cuatro mil ochenta y cuatro reales y gastando en el vestido y manto cuatro mil cincuenta y cinco, y los veintinueve restantes se invirtieron en cera para el Mes de María en el año siguiente.
Observando el mismo y algunos otros Clérigos de la parroquia que el culto de la Virgen de Guaditoca cada día disminuía más por el abandono del Patrono, para que no enfriase el fervor de los fieles, convinieron con el Cura de esta parroquia, D. Gonzalo Canelo Hidalgo, por el año 1851, instituir el mes de María trayendo al efecto la Imagen desde el Santuario a esta Parroquia mayor, como efectivamente desde entonces se viene realizando todos los años, a pesar de la oposición del patrono, excepto un año que por intrigas se desistió de traer dicha Santa Imagen, costeando la cera con limosnas voluntarias que al efecto se recogía por los Maestros de instrucción primara D. Juan de la Cruz Trigueros y D. José Muñoz, y haciéndolo gratuitamente los Clérigos y dependientes de la parroquia. Enfervorizado con esto el pueblo, y para asegurar más la perpetuidad de este culto, contrariado constantemente por el Patrono, se reunieron cuarenta personas con el difunto Párroco Don Angel Fernández de Salas y acordaron formar la actual Hermandad de Nuestra Señora de Guaditoca, como efectivamente lo realizaron… Esta Cofradía se ha formado en sustitución de la que antiguamente existió en este pueblo y de las que existían en los pueblos de Berlanga, Ahillones y Valverde”.
Por último: el mentado D. José Llanes Gil “como albacea de D. José León, Presbítero, y en cumplimiento de la última voluntad de éste, gastó en reparar los tejados de la Iglesia, echando techo nuevo a la sacristía y al portal de entrada, 3.000 reales; para cuya obra, haciéndole falta 400 tejas, las compró a D. Francisco de Ortega, que las tenía de derribo de los portales. También con dicha cantidad fundió de nuevo la campana, se cambió el cáliz viejo por otro nuevo, se compró una casulla nueva, completa de todo lo necesario para celebrar, tres manteles con encajes, tres hules, y se cambiaron dos pares de candeleros viejos por otros nuevos. Todo lo cual tuvo efecto en el año 1853”. (115)
Una vez más el pueblo fiel y creyente, devoto y amante de su patrona, veló por su Santuario y por el culto de su Madre y Señora.
Y ocurre preguntar ¿qué se hizo de toda la riqueza que consta tenía la Santísima Virgen en el siglo XVIII? Todo ha desaparecido… Lo que en la actualidad tiene la Virgen de Guaditoca en ropas y alhajas, es un nuevo patrimonio que le han creado sus hijos desde mediados el siglo XIX en adelante: ni quedaron tierras, ni casas, ni portales; solo permanece el Templo.
Vamos a ocuparnos de la fundación de la Hermandad, que es la corona y remate de la obra de la restauración de que venimos ocupándonos.
Ya se consignó como nació la idea; toca ahora decir algo de cómo se llevo a cumplido término. En 4 de Julio de 1862 se dirigió la necesaria solicitud al Gobernador eclesiástico del Priorato, (116) accediendo en 31 de Julio el Gobernador del Territorio a la petición, con tal que se obtuviera Real Cédula de S.M. Remitidos los Estatutos al Tribunal de las Órdenes militares, fueron aprobados el 14 de Abril de 1863, comunicando el Tribunal que se podía acudir a S.M. para obtener la Real Cédula, la cual, en efecto, se expidió en 13 de Julio del mismo año; y en 11 de Agosto el Gobernador eclesiástico sede vacante del Obispado Priorato de S. Marcos de León, D. Felipe Gálvez (117), Teniente de Provisor, Juez eclesiástico ordinario de Llerena y su partido, dio el Auto de aprobación; celebrando la Hermandad la primera Junta en 8 de Noviembre del mismo año.
Aunque nos hemos propuesto terminar estas notas históricas con la reorganización de la Cofradía de Ntra. Sra. de Guaditoca, merecen nuestra atención dos sucesos: la traída de la Santa Imagen a la Villa en 1871 y la restauración del Santuario, que se ha hecho en 1913, y de ellos vamos a ocuparnos, aunque muy brevemente.
En más de una ocasión hemos hablado de las pretensiones del Ayuntamiento de ejercer funciones de patrono del Santuario de Guaditoca, y a fines del siglo XVIII, del acuerdo de la Villa de llevar la Santa Imagen a la parroquia de San Sebastián; en 1871 se renovaron las antiguas pretensiones y lo que no se llevó a cabo en 1789, se hizo ahora.
En 18 de Agosto de 1871, comunicaba el Alcalde D. Modesto de Tena al Cura de Santa María, que “acordada por el Ayuntamiento la venida de Nuestra Señora de Guaditoca, patrona de esta villa… la traslación… desde su Santuario se verificará en la madrugada del día de mañana 19, y en la tarde del mismo día se efectuará su traslación a la Iglesia parroquial de S. Sebastián, con todas las solemnidades debidas”. (118) Se trajo la venerada Imagen y se llevó a la Parroquia de S. Sebastián.
El Párroco de Santa María, D. Juan Climaco Roda, en justa defensa de los intereses de su Iglesia y para reivindicar su derecho, llevó el asunto hasta el Tribuna de las Órdenes militares, recayendo sentencia a su favor en 28 de Enero de 1783 (119) de la cual sólo tomaremos lo más necesario a nuestro intento.
“El Alcalde y el Ayuntamiento de Guadalcanal confundiendo lastimósamente el significado de la palabra Patrono creyeron, o afectaron creer, que siendo la Stma. Virgen conocida bajo la advocación de Ntra. Sra. de Guaditoca, patrona del pueblo, éste, y en su representación el Ayuntamiento, era patrono de la Imagen, y de este error voluntario o malicioso, partieron para ejecutar por sí un acto que no estaba en sus facultades legales realizar, cual era el de trasladar la Imagen desde su Santuario a la población. Aun cuando hubiera sido el pueblo patrono del Santuario de la Virgen, no hubiera podido el Ayuntamiento, sin acuerdo del Párroco de Santa María, practicar la traslación de la Imagen, porque se halla establecido por la costumbre y por decreto del Tribunal de las Órdenes que el Santuario de la Virgen de Guaditoca corresponde al territorio de la Parroquia de Santa María (120) cuyo Párroco es Prefecto de la Cofradía de la Sma. Virgen. Pero el pueblo no es Patrono, pues el Patrono está hoy en duda no obstante haber sido reconocido años hace por sentencia judicial ejecutoria a favor de una determinada familia por haber un individuo de ella construido el Santuario; y por consiguiente ningún derecho asiste al Alcalde y al Ayuntamiento de Guadalcanal para hacer lo que hicieron…”
“La conducta del Cura párroco de Santa María don Juan Climaco Roda (121), fue la que debió ser, y lejos de merecer censura, la sección debe aprobarla reconociéndole los derechos que le asisten en el asunto y que defendió como era de su deber…”
La página más reciente que han escrito los devotos de Nuestra Señora de Guaditoca es la restauración del Santuario en 1913.
Dos años hacía que la Santa Imagen no era llevada a su templo, como es costumbre, una vez terminada la anual novena y función que se celebran en el mes de Septiembre, a causa del estado ruinosos del edificio; y aunque era deseo vehemente de todos los devotos que se hicieran las obras necesarias de reparación y se pusiera la Iglesia en las debidas condiciones de seguridad, por causas muy diversas no había podido intentarse, ni acometerse las obras necesarias.
En Febrero de 1913 se reunió la Hermandad en Cabildo convocado al efecto de tratar de las obras que urgentemente convenía emprender; reinó entre los asistentes la más perfecta unidad de miras, y para llevar a debido cumplimiento los deseos de Cofrades y devotos se nombró una Comisión encargada de reunir las sumas necesarias. Ni tardos ni perezosos los elegidos, en aquella misma tarde dieron principio a su labor, que de antemano podía esperarse fuera coronada por el éxito más completo; las esperanzas fueron pronto una realidad, pues las cantidades recogidas en pocas horas sobrepujaron a los cálculos más optimistas.

domingo, 6 de noviembre de 2011

"El Santuario de Ntra. Sra. de Guaditoca" Cap. XV (I)

Ofrecemos la primera parte de la ultima entrega del libro de Antonio Muñoz Torrado sobre el Santuario de Nuestra Señora de Guaditoca.

En 1851 hizo la santa Visita en Guadalcanal D. José Gómez y Fernández, Cura propio de Bienvenida y Visitador nombrado para la Villa por el Gobernador eclesiástico del Territorio; invitó a D. Francisco de Ortega a que presentara el libro de asientos de las Visitas anteriores del Santuario de Guaditoca, y dicho D. Francisco dirigió al Visitador un memorial, en 13 de Junio, en el que dice: “he registrado mis papeles y he hecho cuantos esfuerzos han estado a mi alcance en la búsqueda de dicho libro, y todos han sido inútiles, pues no he encontrado documento alguno a que remitirme, por lo que infiero que en el año de treinta y seis, cuando la invasión de Gómez, que entró la columna en esta Villa, en una papelera que me quemaron, tal vez estaría dicho documento.” Suplicó al Sr. Visitador que el auto de su Visita lo insertara a continuación de su petición, y que diera licencia para seguir celebrando el Santo Sacrificio en el Santuario, sometiéndose a lo que resulte a favor o en contra de los referidos asientos anteriores de cuentas, y que se hagan constar las cantidades gastadas por mí en dicho Santuario.”
A diez y seis del mismo mes se personó el Cura de Bienvenida, con asistencia del Secretario de Visita, D. José María Prieto, en el Santuario, y dio licencia hasta la siguiente Visita, para celebrar el Santo Sacrificio. (99)
En el mismo día hizo que compareciese D. Francisco de Ortega a rendir las cuentas, y las presentó éste firmadas en el día 13, “careciendo de cargo, pues las únicas utilidades que se alcanzaban eran las que por el testimonio adjunto presento. (100) Este, desde que se estableció el Gobierno representativo, no se ha llevado a efecto por la razón de que solo residen facultades en las Cortes para imponer derramas en los pueblos”. Importaba la data 8.803 reales a favor del Administrador del Santuario, cuya cantidad aparece invertida en obras en la Ermita, menos 170 reales pagados a la Comunidad de Santa María por derechos parroquiales y cera.
Aprobó el Visitador las cuentas, y “como dicha Imagen y Santuario tenga vestiduras y alhajas al cuidado de este Patrono, deberá formar a continuación inventario de todas ellas, a fin de que todo esté con la conformidad que corresponde”. (101)
Llama la atención que no hubiera ingresos, cuando en el siglo anterior hemos visto poseer la Santa Imagen algunos bienes. En el tantas veces citado Expediente encontramos algunas noticias de la suerte que corrieron éstos.
En la escritura de dominio de los bienes del Patronato, y como bienes libres, aparecen incluidos el censo de 8.000 reales de principal que se adjudicó a la Virgen por D. Juan Pedro de Ortega; la casa grande, junto a la Ermita de Guaditoca, y otra casa inmediata a la huerta. (102) Don José Yanes Cabezas, Presbítero, declaró en el mismo Expediente (103), “que le consta, por haberlo visto, que había tres calles de portales, denominada la primera calle de Guadalcanal, la segunda de Azuaga y la tercera, que hace frente al arroyo de Guaditoca, unida al mismo Santuario, el cual tenía una puerta, actualmente tapada con material, que comunicaba con dichos portales, cuya puerta de dos hojas fue quitada por D. Francisco Ortega y Ayala y colocada a la entrada del patio: Que de todos estos portales solo existe el que da frente al arroyo y los demás están destruidos, en cuyo terreno dicho, a excepción de la calle de Guadalcanal, el referido don Francisco ha formado una cerca, y de los materiales hizo el cuarto del horno y gallinero, y que parte de ellos fueron vendidos a D. José Yanes Gil, presbítero, albacea de don José León, presbítero, para reedificar el portal que existe sobre la puerta principal, el cual era de cañizo y se le puso de alfajía y ladrillos, tal como hoy está; advirtiendo que D. Francisco Ortega y Ayala no ha destruido todos los portales, pues algunos se vinieron a tierra con los temporales: Que no solamente la cerca hecha por D. Francisco contiene parte de los portales, sino también terrenos del Ejido, conocido con el nombre de Guaditoca, como consta por un título de Capellanía que posee el declarante expedido por el Lcdo. D. Joaquín Casquete de Prado, Provisor ecco. de Llerena, fecha cinco de Enero de mil ochocientos quince, cuyo título está en su poder: Que respecto a las casas solo ha conocido una contigua a la Ermita, que existe con tribuna a la Iglesia, la cual recuerda haber oído leer un documento en que había una cláusula que decía que por evento la administración de la Virgen de Guaditoca salía de la familia de los Ortegas, quedase dicha casa a beneficio de la Virgen (104), y siendo esa la del huerto, cree el declarante que sea una de las del Catastro. También sabe que en el mencionado huerto había una cuadra y pajares donde los ermitaños colocaban sus caballerías y paja, los que hoy se han agregado a la casa grande por venta que de ellos hizo D. Francisco Ortega y Ayala a Antonio Muñoz, vecino de esta; otra de las que ha conocido, y existe, es la denominada casa grande que hoy poseen Antonio Ribero Muñoz, ya referido, y D. Ignacio Martínez; otras dos, unidas en la esquina de lo que hoy tiene por huerto el dicho Ribero Muñoz, en las que el padre del declarante colocaba los cerdos y caballerías infestadas de muermo, pagando el alquiler al referido Ortega y Ayala, que ya están destruidas; otra que también conoció el declarante, con el nombre de los Caldereros, que estaba al principio de los portales de la calle de Azuaga, que tampoco existe; otra lindando con el arroyo de Guaditoca, la cual existe un la tienen en arrendamiento los dos hermanos López Rubio.”
En el año 1854, a 30 de Enero, exponía don Francisco Ortega al Gobernador eclesiástico de Llerena, “que siendo muy reducidas la longitud y altitud de las andas, en que en ocasiones que sale Nuestra Señora en procesión y demás funciones, intenta reformarlas y dilatarlas y hacer todo lo necesario para que dicha Imagen con su peana sea colocada en dichas andas, y aunque por Real provisión se halla autorizado para exclusivamente disponer en todo aquello que concierna al esplendor de aquel Santuario y sus efectos, si bien con recta administración, sin embargo, no quiere proceder a dar esta paso sin ponerse de acuerdo, previamente, con la autoridad eclesiástica.” Suplicaba por ello, licencia para la reforma de las andas. (105)
No es caso de comentar la anterior solicitud: la parte de derecho, que se alega, suficientemente aclarada está en las paginas anteriores; y en cuanto a la reforma; baste decir que dio motivo a un largo Expediente gubernativo de oficio instruido en averiguación de los bienes y demás pertenencias de Ntra. Sra. de Guaditoca, del cual hemos tomado muchos datos para este trabajo.
La reforma de las andas, mejor dicho, su sustitución por otras, la explica D. Francisco en los siguientes términos en el Expediente (106)
“Acompaño la cuenta de las andas viejas de la Virgen, las cuales estaban sumamente cortas y de mala construcción, por cuyo motivo pedí la orden de autorización que acompaño, para su reforma y otros gastos que tenía que hacer, como componer las ropas; mas como quiera que la cantidad tomada por mí está justificada con la certificación que acompaño del Contador de la Casa de moneda, y ésta no era suficiente para otras andas de plata de la altura y dimensiones que se necesitaba para que la venerada Virgen saliera con la decencia debida y era indispensable hacer otros gastos de peana, componer las ropas. Etc., tomé el partido de mandar hacer las que tiene la Sra. con su peana, a imitación de las demás Imágenes que salieron en procesión en Sevilla, gastando más cantidad de la que tomé, según recibos de varios artistas que presento, no poniendo en la cuenta el demás gasto que hice en componer varias cosas para la Virgen”.
La venta del riel de plata, importó 3.408 reales y 12 maravedís, según certificación del Contador de la Casa de moneda de Sevilla, dada en 16 de Mayo de 1854 a petición del vendedor D. Francisco de Ortega (107); sin que conste si en esa plata estaba incluida la corona, cetro y media luna de la Virgen; si bien las declaraciones que obran en el expediente confirman la pérdida de esas alhajas; parte del dinero, según comprobantes que obran en el expediente, se invirtió en otra corona y media luna. Desde luego perdiéronse definitivamente alhajas de valor para sustituirlas con lo siguiente: una peana, bastidor para el palio y molduras, cuyo importe fue de seiscientos reales; damasco de seda carmesí, tafetán y muselina, cuatrocientos veintitrés reales; encaje dorado, cintas de seda y algodón, y hechura, ciento sesenta reales; cuatro varas plateadas, una corona y una media luna, compradas en la fábrica de objetos imitados de plata y oro del Sr. Isaura, de Sevilla, dos mil trescientos reales. (108) No se dilataron las andas, como se decía en la solicitud al Gobernador del Priorato, sino se sustituyeron por otras de tan ínfima clase que, al restablecerse la Cofradía, una de las primeras cosas de que cuidó fue de costear un paso para nuestra Señora de Guaditoca.
Pero junto a estas páginas, que causan tristeza en el ánimo, pueden escribirse otras que consuelan el espíritu: la piedad de los devotos de la bendita Virgen de Guaditoca reaccionó, y testimonios de su generosidad hay, muy abundantes, en el Expediente de 1865: solo citaremos algunos.
Declaró D. José Yanes, Presbítero, que siendo apoderado de D. Francisco Ortega y encargado por éste de todas las alhajas, ropas y efectos de la Virgen, era “público el esmero con que cuidaba de todo lo concerniente a dicha Imagen, hasta el punto de haber excitado la devoción del pueblo y recogido limosnas con las cuales se compró el estandarte nuevo, se concluyó la cristalera, se hizo la mampara y algunos reparos en el edificio; para cuya obra solo dio el Patronato media arroba de vino de gratificación al alarife Antonio María Ribero” .(109) Éste, por su parte, declaró “que por los años de 1845 hasta el 54, ambos inclusive, con sus cuatro hijos, José, Juan, Antonio y José Rafael, y su mujer Josefa Palacios, todos los años han hecho una semana de trabajo en el Santuario de Guaditoca, en cumplimiento de promesas que tenían hecha a la Virgen: levantando en el primer año parte de la media naranja de la Ermita, que tenía hundidos dos limatones sobre la misma bóveda: que en el mismo año 1855, luego que regresó de la Habana un hijo del mismo, que había sido soldado, y en cumplimiento de otra promesa suya y de su familia, echaron otra semana de trabajo en la Ermita; para cuya obra él mismo pidió limosna a los caleros del pueblo la cal que se necesitó para las obras mencionadas, y las tejas, ladrillos y madera se tomaron de los portales ruinosos a presencia de Don Francisco Ortega; trabajando también los peones Rafael Blandes y Juan Núñez”.

lunes, 31 de octubre de 2011

Lleno absoluto en la primera misa en Sabado.

El pasado sábado se celebro a las 17.00 horas la Santa Misa de último de mes en el Santuario de Nuestra Señora de Guaditoca.

Por vez primera, los devotos de la Santísima Virgen acudían a su Ermita a celebrar la Santa Misa en sábado por la tarde, lo cual propició que fuese una novedad, a lo que contribuyó una masiva presencia de fieles que, dejando atrás la costumbre de celebrar la Santa Misa en domingo, acudió masivamente a venerar a Su Patrona la tarde del sábado.

El párroco de Guadalcanal, Don Juan Carlos de la Rosa, presidio la Santa Misa, cantada por el Coro Romero “Nuestra Señora de Guaditoca” y tras la cual, como siempre, los asistentes accedieron al Camarín de la Santísima Virgen a besar sus Benditas Manos.

Con esta masiva presencia de fieles, una vez más, el pueblo de Guadalcanal profesó a la Patrona el filial amor que desde antaño le ofrece.

jueves, 20 de octubre de 2011

AVISO IMPORTANTE: Cambio de dia en la misa del Santuario

La Junta de Gobierno de la Real e Ilustre Hermandad de Ntra. Sra. De Guaditoca, Patrona de Guadalcanal, informa a todos los hermanos/as y devotos/as de Nuestra Patrona que, debido a diversos motivos pastorales, la Santa Misa que se celebra mensualmente en el Santuario de Nuestra Señora de Guaditoca tendrá lugar el último sábado de cada mes a partir de las 17.00 horas de la tarde, en lugar del último domingo como venía siendo habitual.

Así pues, el próximo sábado 29 de Octubre de 2011 a partir de las 17.00 horas tendrá lugar en la Ermita la Santa Misa correspondiente a este mes.

Lo que se publica para general y público conocimiento en Guadalcanal a 20 de Octubre de 2011.

La Junta de Gobierno

domingo, 16 de octubre de 2011

DOMUND 2011: Mensaje de SS. Benedicto XVI

«Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo» (Jn 20,21)

Con ocasión del Jubileo del año 2000, el venerable Juan Pablo II, al comienzo de un nuevo milenio de la era cristiana, reafirmó con fuerza la necesidad de renovar el compromiso de llevar a todos el anuncio del Evangelio «con el mismo entusiasmo de los cristianos de los primeros tiempos» (Novo millennio ineunte, 58). Es el servicio más valioso que la Iglesia puede prestar a la humanidad y a toda persona que busca las razones profundas para vivir en plenitud su existencia. Por ello, esta misma invitación resuena cada año en la celebración de la Jornada mundial de las misiones. En efecto, el incesante anuncio del Evangelio vivifica también a la Iglesia, su fervor, su espíritu apostólico; renueva sus métodos pastorales para que sean cada vez más apropiados a las nuevas situaciones —también las que requieren una nueva evangelización— y animados por el impulso misionero: «La misión renueva la Iglesia, refuerza la fe y la identidad cristiana, da nuevo entusiasmo y nuevas motivaciones. ¡La fe se fortalece dándola! La nueva evangelización de los pueblos cristianos hallará inspiración y apoyo en el compromiso por la misión universal» (Juan Pablo II, Redemptoris missio, 2).

Id y anunciad

Este objetivo se reaviva continuamente por la celebración de la liturgia, especialmente de la Eucaristía, que se concluye siempre recordando el mandato de Jesús resucitado a los Apóstoles: «Id...» (Mt 28, 19). La liturgia es siempre una llamada «desde el mundo» y un nuevo envío «al mundo» para dar testimonio de lo que se ha experimentado: el poder salvífico de la Palabra de Dios, el poder salvífico del Misterio pascual de Cristo. Todos aquellos que se han encontrado con el Señor resucitado han sentido la necesidad de anunciarlo a otros, como hicieron los dos discípulos de Emaús. Después de reconocer al Señor al partir el pan, «y levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once» y refirieron lo que había sucedido durante el camino (Lc 24, 33-35). El Papa Juan Pablo II exhortaba a estar «vigilantes y preparados para reconocer su rostro y correr hacia nuestros hermanos, para llevarles el gran anuncio: ¡Hemos visto al Señor!» (Novo millennio ineunte, 59).

A todos

Destinatarios del anuncio del Evangelio son todos los pueblos. La Iglesia «es, por su propia naturaleza, misionera, puesto que tiene su origen en la misión del Hijo y la misión del Espíritu Santo, según el plan de Dios Padre» (Ad gentes, 2). Esta es «la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Existe para evangelizar» (Pablo VI, Evangelii nuntiandi, 14). En consecuencia, no puede nunca cerrarse en sí misma. Arraiga en determinados lugares para ir más allá. Su acción, en adhesión a la palabra de Cristo y bajo la influencia de su gracia y de su caridad, se hace plena y actualmente presente a todos los hombres y a todos los pueblos para conducirlos a la fe en Cristo (cf. Ad gentes, 5).

Esta tarea no ha perdido su urgencia. Al contrario, «la misión de Cristo Redentor, confiada a la Iglesia, está aún lejos de cumplirse... Una mirada global a la humanidad demuestra que esta misión se halla todavía en los comienzos y que debemos comprometernos con todas nuestras energías en su servicio» (Redemptoris missio, 1). No podemos quedarnos tranquilos al pensar que, después de dos mil años, aún hay pueblos que no conocen a Cristo y no han escuchado aún su Mensaje de salvación.

No sólo; es cada vez mayor la multitud de aquellos que, aun habiendo recibido el anuncio del Evangelio, lo han olvidado y abandonado, y no se reconocen ya en la Iglesia; y muchos ambientes, también en sociedades tradicionalmente cristianas, son hoy refractarios a abrirse a la palabra de la fe. Está en marcha un cambio cultural, alimentado también por la globalización, por movimientos de pensamiento y por el relativismo imperante, un cambio que lleva a una mentalidad y a un estilo de vida que prescinden del Mensaje evangélico, como si Dios no existiese, y que exaltan la búsqueda del bienestar, de la ganancia fácil, de la carrera y del éxito como objetivo de la vida, incluso a costa de los valores morales.

Corresponsabilidad de todos

La misión universal implica a todos, todo y siempre. El Evangelio no es un bien exclusivo de quien lo ha recibido; es un don que se debe compartir, una buena noticia que es preciso comunicar. Y este don-compromiso está confiado no sólo a algunos, sino a todos los bautizados, los cuales son «linaje elegido, nación santa, pueblo adquirido por Dios» (1 P 2, 9), para que proclame sus grandes maravillas.

En ello están implicadas también todas las actividades. La atención y la cooperación en la obra evangelizadora de la Iglesia en el mundo no pueden limitarse a algunos momentos y ocasiones particulares, y tampoco pueden considerarse como una de las numerosas actividades pastorales: la dimensión misionera de la Iglesia es esencial y, por tanto, debe tenerse siempre presente. Es importante que tanto los bautizados de forma individual como las comunidades eclesiales se interesen no sólo de modo esporádico y ocasional en la misión, sino de modo constante, como forma de la vida cristiana. La misma Jornada mundial de las misiones no es un momento aislado en el curso del año, sino que es una valiosa ocasión para detenerse a reflexionar si respondemos a la vocación misionera y cómo lo hacemos; una respuesta esencial para la vida de la Iglesia.

Evangelización global

La evangelización es un proceso complejo y comprende varios elementos. Entre estos, la animación misionera ha prestado siempre una atención peculiar a la solidaridad. Este es también uno de los objetivos de la Jornada mundial de las misiones, que a través de las Obras misionales pontificias, solicita ayuda para el desarrollo de las tareas de evangelización en los territorios de misión. Se trata de sostener instituciones necesarias para establecer y consolidar a la Iglesia mediante los catequistas, los seminarios, los sacerdotes; y también de dar la propia contribución a la mejora de las condiciones de vida de las personas en países en los que son más graves los fenómenos de pobreza, malnutrición sobre todo infantil, enfermedades, carencia de servicios sanitarios y para la educación. También esto forma parte de la misión de la Iglesia. Al anunciar el Evangelio, la Iglesia se toma en serio la vida humana en sentido pleno. No es aceptable, reafirmaba el siervo de Dios Pablo VI, que en la evangelización se descuiden los temas relacionados con la promoción humana, la justicia, la liberación de toda forma de opresión, obviamente respetando la autonomía de la esfera política. Desinteresarse de los problemas temporales de la humanidad significaría «ignorar la doctrina del Evangelio acerca del amor al prójimo que sufre o padece necesidad» (Evangelii nuntiandi, 31. cf. n. 34); no estaría en sintonía con el comportamiento de Jesús, el cual «recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la buena nueva del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias» (Mt 9, 35).

Así, a través de la participación corresponsable en la misión de la Iglesia, el cristiano se convierte en constructor de la comunión, de la paz, de la solidaridad que Cristo nos ha dado, y colabora en la realización del plan salvífico de Dios para toda la humanidad. Los retos que esta encuentra llaman a los cristianos a caminar junto a los demás, y la misión es parte integrante de este camino con todos. En ella llevamos, aunque en vasijas de barro, nuestra vocación cristiana, el tesoro inestimable del Evangelio, el testimonio vivo de Jesús muerto y resucitado, encontrado y creído en la Iglesia.

Que la Jornada mundial de las misiones reavive en cada uno el deseo y la alegría de «ir» al encuentro de la humanidad llevando a todos a Cristo. En su nombre os imparto de corazón la bendición apostólica, en particular a quienes más se esfuerzan y sufren por el Evangelio.

miércoles, 5 de octubre de 2011

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Romería de Septiembre: Galería I

Ofrecemos sendas imágenes remitidas por n.h.d. José Miguel García de la pasada Romería de Septiembre.






















domingo, 25 de septiembre de 2011

Multitudinaria y espléndida Romería



Un año más el pueblo de Guadalcanal demostró que Su Patrona, Nuestra Señora de Guaditoca, se merece todo, y así se echó a los caminos para llevarla hasta Su Santuario, donde permanecerá hasta el próximo 28 de Abril de 2012, día en el que D. M. volverá a pisar las calles de nuestro pueblo.

La mañana comenzó con el tradicional ambiente festivo, esta vez en la Plaza de España hacia la cual romeros y romeras se iban encaminando con una única meta, el contemplar en la Parroquia de Santa María a la Patrona de Guadalcanal, entronizada en su templete de plata y preparada para emprender el camino hacia Su Ermita. Los romeros a caballo abrieron paso para que a las 8 en punto de la mañana, tras celebrarse Santa Misa del Alba con todas las personas que durante la noche anterior habían velado a la Santísima Virgen y también junto a los romeros más madrugadores.

La Virgen se puso en camino rodeada de una multitud inédita de romeros, ya que se vivió uno de los caminos más multitudinarios de los últimos años. Sevillanas, palmas y vivas fueron los sonidos que desde Guadalcanal hacia la Vega del Encinal donde se encuentra la Ermita acompañaron a Nuestra Patrona. A la misma, llegó pasadas las 12 de la mañana, en la que esperaban ya multitud de romeros y peregrinos que llenaban la Ermita para la Misa de Romeros.

Pero tras la parada obligada en la Cruz que cobija la peña que vio por vez primera a Nuestra Señora, la Pastora enfiló inéditamente un camino extraordinario para dirigirse hacia las inmediaciones del nuevo abrevadero que la Asociación Caballista de Guadalcanal ha regalado a la Hermandad de la Santísima Virgen, y que fue bendecido con la presencia inédita de la Patrona de Guadalcanal, tras un breve manifiesto leído por parte de los miembros de la Peña Caballista.

Una vez finalizado este breve pero emotivo acto, Nuestra Señora de Guaditoca se encaminó a hombros de sus Romeros y rodeada por todo el Pueblo de Guadalcanal y numerosísimos devotos de todos los confines hacia Su Santuario, en donde hizo entrada pasadas las 12.30 de la mañana y en el que inmediatamente dio comienzo la Santa Misa de Romeros, cantada por nuestro Coro y presidida por nuestro Párroco y Director Espiritual.

Finalizada la misma el ambiente festivo que los romeros llevaban desde el Camino tomó los aledaños del Santuario para vivir un día de Romería de los mejores de los últimos años, lleno de emociones, de fiesta y de alegría por saberse en presencia de la Patrona de Guadalcanal, de Nuestra Señora de Guaditoca que ya se encuentra en Su Santuario desde el que vela por todos sus hijos de Guadalcanal, esperando ya la anhelada primavera que nos la devolverá a nuestro pueblo. Hasta entonces, sólo faltan 217 días.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Ya espera a sus Romeros...



Pasada la Novena y la Solemnísima Función Principal de Instituto, la Hermandad consagró en la jornada del pasado domingo Solemne Besamanos a Nuestra Señora de Guaditoca, que lucía para la ocasión sus galas de Pastora en la Parroquia, signo inequívoco de que la Romería que La devolverá de nuevo a su Santuario está a la vuelta de la esquina.

La Santísima Virgen luce ya sus nuevas galas de Pastora, este año que, debido a las obras de mejora y adecentamiento, el próximo viernes se suspenderá la Procesión de Traslado de Nuestra Patrona a la Iglesia del Convento del Espíritu Santo. En su lugar el próximo viernes a las 23.00 horas en la Parroquia de Santa María de la Asunción se rezará a la Santísima Virgen el Santo Rosario Cantado, para a continuación, todos los devotos y personas que lo deseen comiencen el turno de vela y adoración a Nuestra Señora de Guaditoca. La Parroquia permanecerá durante toda la noche y madrugada abierta para que los fieles se despidan de la Santísima Virgen.

Ya el sábado, día de la Romería de Septiembre, a las 7.00 horas de la mañana se celebrará Santa Misa de Romeros en la Parroquia de Santa María de la Asunción, como despedida de todo el pueblo de Guadalcanal de Su Patrona. A las 8.00 horas, y tal como está anunciado en la convocatoria de cultos, la Santísima Virgen acompañada por todos los Romeros emprenderá camino hacia su Ermita, en donde a su llegada, sobre las 12.30 horas, se celebrará Santa Misa cantada por el Coro Romero de la Hermandad.

Invitamos a todas las personas a acudir a estos actos y cultos con motivo de la Romería al Santuario de Nuestra Señora de Guaditoca, Patrona de Guadalcanal.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Galería: Novena 2011

Estos días en los que cada vez más se acerca el momento de despedirnos de Nuestra Patrona, contemplamos en la Parroquia de Santa María de la Asunción a Nuestra Señora de Guaditoca, entronizada en el portentoso Altar de Novena que el equipo de priostía, junto con numerosos colaboradores, han montado para este año 2011.En pocas ocasiones podemos contemplar la Parroquia de Santa María de la Asunción engalanada de la forma en que lo hace durante las Fiestas Patronales. Para todos aquellos que no pueden contemplar diariamente este magnífico altar de Novena así como la forma en la que luce nuestra Parroquia, nuestro hermano Jose Miguel García nos remite estas dos instantáneas, tomadas el pasado fin de semana previamente a la celebración de la Eucaristía.

Disfruten de las mismas.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Homenaje a María Felisa Rivero Rivero

En la noche del sábado 10 de Septiembre y en el trascurso de la Eucaristía correspondiente al tercer día de novena a Nuestra Señora de Guaditoca, la Hermandad rindió un pequeño homenaje a María Felisa Rivero Rivero, camarera de Nuestra Señora de Guaditoca que este año 2011 ha cesado voluntariamente su cargo poniéndolo de nuevo a disposición de la Hermandad.


Tras unas breves palabras del Secretario de la Hermandad, repasando su trayectoria y alabando la labor que ha realizado durante toda su vida, el Hermano Mayor y la Mayordoma de la Hermandad hicieron entrega de un cuadro con la Imagen de Nuestra Patrona, conmemorativo de este pequeño homenaje que la Real e Ilustre Hermandad le realizó.


Finalizado el mismo se nombró públicamente a dos nuevas camareras para sustituir la labor que María Felisa Rivero ha desempeñado para la Hermandad. Así, se nombró a María Prieto Ramírez e Inmaculada Atalaya Fernández como nuevas camareras de la Santísima Virgen de Guaditoca. En el mismo acto se agradeció públicamente a Felisa Gordón y María del Carmen Atalaya las tareas de confección y costura que realizan para nuestra Hermandad.


Fue un acto cargado de emotividad y agradecimiento público a María Felisa Rivero Rivero, una persona que ha entregado su vida a Nuestra Señora de Guaditoca, trabajando incansable e impecablemente en favor de nuestra Corporación.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Comienza la Novena

En la jornada del 08 de Septiembre, Solemnidad Litúrgica de la Natividad de Nuestra Señora, da comienzo la novena anual que la Real e Ilustre Hermandad de Nuestra Señora de Guaditoca consagra a su Excelsa Titular la Patrona de Guadalcanal.

Los cultos darán comienzo a las 20.00 horas con la Exposición del Santísimo Sacramento en el Altar de la Novena, seguidos del Rezo del Santo Rosario, Ejercicio y Preces de la Novena, seguidos de la Reserva de S.D.M. y la celebración de la Eucaristía, con homilía y comunión general.

Asimismo todas las mañanas a las 12 se rezará el Ángelus a la Santísima Virgen.

Los cultos se prolongarán hasta el viernes 16 de Septiembre.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Pregón profundamente cristiano y cargado de devoción a Nuestra Patrona




El sábado 3 de Septiembre se celebró en la Parroquia de Santa María de la Asunción el Pregón de las Fiestas Patronales de Guadalcanal de este año 2011, a cargo de D. Francisco Ortiz Rodríguez.



Tras la interpretación del Himno a Nuestra Señora de Guaditoca y de la Marcha "Encarnación Coronada", el secretario de la Hermandad, D. Juan M. Espino Gordón, hacía una breve y emotiva presentación del pregonero, ensalzando su gran currículum cofrade así como su vocación espiritual y cristiana. Minutos más tarde, el pregonero ocupaba su atril y comenzaba su disertación.


Paco nos habló de los valores profundamente cristianos en los que debe vivir la sociedad actual, exhortando a los presentes a ser mejores cristianos en la calle antes de acceder a la Iglesia como templo, y dar testimonio cristiano y caritativo en su vida cotidiana. Repasó uno a uno los valores que, como cristianos, debemos llevar al territorio personal, para adentrarse, tras esta reflexión, en la devoción del pueblo a Nuestra Señora de Guaditoca.



Referente a la Santísima Virgen, nos reclamó a todos los colectivos de nuestro pueblo unidad para lograr la Coronación Canónica de Nuestra Señora de Guaditoca, alegando para ello numerosos milagros concedidos por la Santísima Virgen tanto personales como de otros conocidos que dejó entrever en su texto. Tras esta referencia, pasó a ensalzar los más bellos poemas y textos a la Patrona de Guadalcanal, exclamando su belleza y la gran devoción que desde antaño profesa su pueblo hacia Ella.



Fue sin duda un texto de corte clásico, que sirvió para vivir unas fiestas patronales de un modo religioso y espiritual, sin perder la eclosión de júbilo y alegría que debe suponer para Guadalcanal que Nuestra Patrona se encuentre entre nosotros.



Desde aquí remitimos una vez más la enhorabuena al pregonero, así como agradecemos a todos los presentes su asistencia, y a la Banda de Música "Nuestra Señora de Guaditoca" la interpretación magistral de las diferentes piezas musicales con las que nos deleitaron.