jueves, 31 de diciembre de 2009

FELIZ 2010

Desde la Junta de Gobierno de la Real e Ilustre Hermandad de Nuestra Señora de Guaditoca, Patrona de Guadalcanal, deseamos a todos nuestros Hermanos y visitantes de este sitio web un Feliz y Próspero 2010.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Misa de Navidad

El pasado domingo 27 de Diciembre se celebró en el Santuario de Nuestra Señora de Guaditoca la Santa Misa de último de mes, coincidiendo con la celebración de las fiestas navideñas, por lo que tuvo un marcado carácter festivo y de Navidad en estas fechas entrañables que estamos celebrando.

La Santísima Virgen de Guaditoca, Patrona de Guadalcanal, esperaba a todos sus hijos y devotos vestida de Reina (una tradición que va tomando forma en los últimos años coincidiendo con la Santa Misa que se celebra en Navidad) y con el Niño Bellotero en Sus Brazos. Lucía la llamada saya "del púlpito" y el manto morado de terciopelo, la corona de Seco Velasco y una mantilla por la Cabeza. El templete se encontraba exornado con frutas y hortalizas, así como pino y madroños, fruta típica de la época de Navidad.

El mismo exorno lucía el Santuario, uniendo flores de pascuas y piñas en las jarras del altar. A los pies de la mesa de Altar se encontraba entronizado el Niño Jesús en una cuna, al que todos los presentes adoraron tras finalizar la santa misa, presidida por nuestro párroco y cantada por el Coro Romero "Nuestra Señora de Guaditoca".


Previo a esta Eucaristía tuvo lugar el Recital de Villancicos del Coro de Voces Blancas de la Escuela de Música "Vicente Amigo" de Guadalcanal, acompañados también por la Banda Infantil de dicha escuela de música.
Fue por tanto una mañana muy navideña y entrañable en torno a Nuestra Patrona. Ofreceremos una amplia galería de fotos del Recital de Villancicos durante esta semana.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Cambio de última hora en el horario del Recital del Domingo

El recital de Villancicos con el que nos deleitarán el Coro de Voces Blancas de la Escuela de Música de Guadalcanal y la Banda Infantil de la citada escuela tendrá lugar a las 12 de la mañana en el Santuario de Nuestra Señora de Guaditoca el próximo domingo 27 de Diciembre, y no tras la Santa Misa que se celebrará a la 1 de la tarde como estaba previsto.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Santa Misa de Navidad y Recital de Villancicos

El próximo domingo 27 de Diciembre tendrá lugar, como cada último domingo de mes, la Santa Misa en el Santuario de Nuestra Señora de Guaditoca. Dará comienzo a las 13.00 horas y estará presidida y predicada por nuestro Párroco Don Juan Carlos De la Rosa Egea, y cantada por nuestro Coro Romero "Nuestra Señora de Guaditoca".

Dadas las fechas en las que estamos la Eucaristía tendrá un marcado carácter navideño, y antes de la Santa Misa, a las 12 de la mañana, el Coro de Voces Blancas de la Escuela de Música "Vicente Amigo" de Guadalcanal ofrecerá, conjuntamente con la Banda de Música Infantil, un recital de Villancicos para deleite de todos los presentes.

Esperamos la asistencia de todos nuestros Hermanos y Devotos de Nuestra Patrona.

martes, 22 de diciembre de 2009

¡¡ FELIZ NAVIDAD !!


Con nuestros mejores deseos de Paz, Amor y Felicidad aprovechamos el Nacimiento del Hijo de Dios en nuestro corazón para desearte que pases una muy Feliz Navidad y que el próximo año 2010 sea próspero y feliz para todos.


La Junta de Gobierno de la Real e Ilustre Hermandad de Nuestra Señora de Guaditoca, Patrona de Guadalcanal. Navidad 2009.

lunes, 14 de diciembre de 2009

CAPÍTULO VII: 1ª Parte

El caudal de nuestra señora de Guaditoca en el siglo XVIII.- Inventario de las alhajas de la Virgen.- Fincas y edificios de su propiedad.

Cual fuera la situación de Santuario y sus riquezas al mediar el siglo XVIII, nos lo manifiestan cumplidamente los inventarios que por este tiempo se hicieron.
Mandó hacer el de alhajas, por auto de 30 de Marzo de 1748, el Vicario general de la provincia de León D. Diego Gómez de Tena, estando en Santa Visita en la Villa, “mediante ser preciso nombrar persona que administrase los caudales de la Virgen, interin que la parte a quien tocaba la dicha administración, conforme a la Real Cédula de concesión del patronato a D. Alonso Ortega, obtenía Real Carta” dio comisión al notario Juan Gallego, y previno a la Marquesa viuda pusiese de manifiesto las que fuesen, y lo mismo mandó a cualquier otra persona en cuyo poder se encontrasen.
En el mismo día se personó el Notario en el palacio de la Marquesa, y con toda diligencia se hizo el inventario siguiente:
“Lo primero se pone la corona de Nuestra Señora de plata, y pesó treinta y seis onzas y algo más.
Se pone la media luna de plata, que pesó quince libras que son doscientas y cuarenta onzas cumplidas.
La lámpara de plata, que pesó quince libras que son doscientas y cuarenta onzas.
Cuatro piñas, cuatro vasos, una flor de azucena de plata para las andas de Ntra. Señoras, que todo pesó sesenta y dos onzas.
Una chapa de plata para las andas que pesó veinte onzas.
Dos cruces de plata y un copón que pesaron cuarenta onzas.
Dos cálices, el uno dorado por fuera y dentro, con sus patenas y cucharitas, que ambos pesaron cincuenta onzas.
Una venera, la misma que el Sr. Marqués difunto dejó a Ntra. Señora, del hábito de Santiago, guarnecida de diamantes puestos sobre plata.
Un águila de dos cabezas con su corona de filigrana de oro toda guarnecida de perlas.
Un relicario de la Corona y Clavos de Cristo Redentor nuestro con su lazo de filigrana de oro y el Relicario guarnecido también de perlas.
Una saya de filigrana de oro cubierta de piedras verdes que demuestran no ser finas.
Otro relicario con la imagen de Ntra. Señora por una parte; y por la otra con la de San Juan y el Cordero, guarnecido de filigrana de oro con perlas y algunas perlas verdes.
Un anillo de oro con una esmeralda.
Otro anillo con nueve esmeraldas.
Otro anillo con siete diamantes.
Otro anillo con dos rubíes y una piedra azul.
Otro anillo con otra esmeralda.
Otro anillo con un diamante y dos puntas de diamante.
Otro anillo con tres esmeraldas, también de oro.
Otro anillo con ocho piedras azules.
Una cestita de plata de la mano del niño Bellotero.
Un vestido del niño Bellotero de tapiz morado con una cruz de cristal; otra Cruz con un crucifijo de plata sobredorada de tres esquinas y con su rótulo que dice INRI.
Dos joyas de cristal, la una con su cadenita de plata.
Dos campanitas de lo mismo, con sus cadenillas, la una sobredorada.
Una calabacita de cristal guarnecida de plata de filigrana; y otros diferentes relicarios y dijes, que estos son siete; todos pendientes con sus lazos encarnados del vestido del Niño.
Otro vestido del Niño Bellotero de tela de plata campo pajizo con flecadura de hilo de plata.
Otro vestido del Niño de tela de plata encarnada con galón de plata, todo guarnecido y con su fleco de hilo de lo mismo.
Cuatro vestidos del Niño que tiene Nuestra Señora en las manos correspondientes a sus vestidos.
Un vestido de Ntra. Señora de tela de plata encarnado.
Otro también de tela azul.
De tapiz morado otro, guarnecido con franja de plata.
Un manto de tela blanco con galón de oro.
Otro vestido viejo también de tela encarnada, a excepción de las mangas, que está en la Ermita desechas para el adorno de Nuestra Señora.
Trece lazos encarnados para la Virgen.
Setenta y cinco flores de seda grandes y pequeñas.
Una casulla de persiana encarnada.
Otra de medio tapiz con su cenefa de terciopelo encarnado.
Una casulla y dalmáticas encarnadas de raso ordinario con su galoncito dorado.
Un paño de facistol encarnado de tela, también viejo.
Una sobremesa de tisú encarnado con su galón de plata.
Un frontal de damasco encarnado con su fleco y galón de oro.
Otro frontal también de damasco encarnado con su flecadura de seda.
Dos frontales para los colaterales de medio tapiz con su puntilla de seda.
Dos estandartes, uno de Ntra. Señora azul con su Imagen; y otro de tafetán blanco del Niño con su escudo.
Un velo de Ntra. Señora, de seda listado con su cenefa de otro color.
Cuatro fundas de palos de andas de tela verde, ya viejas.
Cinco paños de cálices de diferentes colores todos de seda.
Seis bolsas de corporales de diferentes colores.
Ocho hijuelas de diferentes colores.
Cuatro hijuelitas para sobre las patenas y una mucetita para el copón.
Cuatro palias para los altares; son cinco.
Cuatro amitos con sus cintas.
Cinco albas de lienzo, excepto la una que es de bretaña.
Dos camisas de Ntra. Señora, la una nueva y la otra servida.
Unas enaguas de Ntra. Señora, de holanda nueva.
Siete cornialtares y quince purificadores.
Cinco pares de corporales.
Una toalla para que se limpien los Sacerdotes.
Dos pares de vuelos y dos vuelillos de Nuestra Señora.
Una camisa del Niño Bellotero. Cuatro cíngulos de seda.

viernes, 4 de diciembre de 2009

La definición dogmática de la Inmaculada Concepción


El Papa Pío IX, de feliz memoria, se decidió a dar el último paso para la suprema exaltación de la Virgen, definiendo el dogma de su Concepción Inmaculada. Dícese que en las tristísimas circunstancias por las que atravesaba la Iglesia, en un día de gran abatimiento, el Pontífice decía al Cardenal Lambruschini: «No le encuentro solución humana a esta situación». Y el Cardenal le respondió: «Pues busquemos una solución divina. Defina S. S. el dogma de la Inmaculada Concepción».
Mas para dar este paso, el Pontífice quería conocer la opinión y parecer de todos los Obispos, pero al mismo tiempo le parecía imposible reunir un Concilio para la consulta. La Providencia le salió al paso con la solución. Una solución sencilla, pero eficaz y definitiva. San Leonardo de Porto Maurizio había escrito una carta al Papa Benedicto XIV, insinuándole que podía conocerse la opinión del episcopado consultándolo por correspondencia epistolar... La carta de San Leonardo fue descubierta en las circunstancias en que Pío IX trataba de solucionar el problema, y fue, como el huevo de Colón, perdónese la frase, que hizo exclamar al Papa: «Solucionado». Al poco tiempo conoció el parecer de toda la jerarquía. Por cierto que un obispo de Hispanoamérica pudo responderle: «Los americanos, con la fe católica, hemos recibido la creencia en la preservación de María». Hermosa alabanza a la acción y celo de nuestra Patria.

Y el día 8 de diciembre de 1854, rodeado de la solemne corona de 92 Obispos, 54 Arzobispos, 43 Cardenales y de una multitud ingentísima de pueblo, definía como dogma de fe el gran privilegio de la Virgen:
«La doctrina que enseña que la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de pecado original en el primer instante de su Concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano, es revelada por Dios, y por lo mismo debe creerse firme y constantemente por todos los fieles».
Estas palabras, al parecer tan sencillas y simples, están seleccionadas una por una y tienen resonancia de siglos. Son eco, autorizado y definitivo, de la voz solista que cantaba el común sentir de la Iglesia entre el fragor de las disputas de los teólogos de la Edad Media.


Tratado popular sobre la Santísima Virgen; Parte III, Cap. V: Historia del dogma de la Inmaculada Concepción.