lunes, 14 de diciembre de 2009

CAPÍTULO VII: 1ª Parte

El caudal de nuestra señora de Guaditoca en el siglo XVIII.- Inventario de las alhajas de la Virgen.- Fincas y edificios de su propiedad.

Cual fuera la situación de Santuario y sus riquezas al mediar el siglo XVIII, nos lo manifiestan cumplidamente los inventarios que por este tiempo se hicieron.
Mandó hacer el de alhajas, por auto de 30 de Marzo de 1748, el Vicario general de la provincia de León D. Diego Gómez de Tena, estando en Santa Visita en la Villa, “mediante ser preciso nombrar persona que administrase los caudales de la Virgen, interin que la parte a quien tocaba la dicha administración, conforme a la Real Cédula de concesión del patronato a D. Alonso Ortega, obtenía Real Carta” dio comisión al notario Juan Gallego, y previno a la Marquesa viuda pusiese de manifiesto las que fuesen, y lo mismo mandó a cualquier otra persona en cuyo poder se encontrasen.
En el mismo día se personó el Notario en el palacio de la Marquesa, y con toda diligencia se hizo el inventario siguiente:
“Lo primero se pone la corona de Nuestra Señora de plata, y pesó treinta y seis onzas y algo más.
Se pone la media luna de plata, que pesó quince libras que son doscientas y cuarenta onzas cumplidas.
La lámpara de plata, que pesó quince libras que son doscientas y cuarenta onzas.
Cuatro piñas, cuatro vasos, una flor de azucena de plata para las andas de Ntra. Señoras, que todo pesó sesenta y dos onzas.
Una chapa de plata para las andas que pesó veinte onzas.
Dos cruces de plata y un copón que pesaron cuarenta onzas.
Dos cálices, el uno dorado por fuera y dentro, con sus patenas y cucharitas, que ambos pesaron cincuenta onzas.
Una venera, la misma que el Sr. Marqués difunto dejó a Ntra. Señora, del hábito de Santiago, guarnecida de diamantes puestos sobre plata.
Un águila de dos cabezas con su corona de filigrana de oro toda guarnecida de perlas.
Un relicario de la Corona y Clavos de Cristo Redentor nuestro con su lazo de filigrana de oro y el Relicario guarnecido también de perlas.
Una saya de filigrana de oro cubierta de piedras verdes que demuestran no ser finas.
Otro relicario con la imagen de Ntra. Señora por una parte; y por la otra con la de San Juan y el Cordero, guarnecido de filigrana de oro con perlas y algunas perlas verdes.
Un anillo de oro con una esmeralda.
Otro anillo con nueve esmeraldas.
Otro anillo con siete diamantes.
Otro anillo con dos rubíes y una piedra azul.
Otro anillo con otra esmeralda.
Otro anillo con un diamante y dos puntas de diamante.
Otro anillo con tres esmeraldas, también de oro.
Otro anillo con ocho piedras azules.
Una cestita de plata de la mano del niño Bellotero.
Un vestido del niño Bellotero de tapiz morado con una cruz de cristal; otra Cruz con un crucifijo de plata sobredorada de tres esquinas y con su rótulo que dice INRI.
Dos joyas de cristal, la una con su cadenita de plata.
Dos campanitas de lo mismo, con sus cadenillas, la una sobredorada.
Una calabacita de cristal guarnecida de plata de filigrana; y otros diferentes relicarios y dijes, que estos son siete; todos pendientes con sus lazos encarnados del vestido del Niño.
Otro vestido del Niño Bellotero de tela de plata campo pajizo con flecadura de hilo de plata.
Otro vestido del Niño de tela de plata encarnada con galón de plata, todo guarnecido y con su fleco de hilo de lo mismo.
Cuatro vestidos del Niño que tiene Nuestra Señora en las manos correspondientes a sus vestidos.
Un vestido de Ntra. Señora de tela de plata encarnado.
Otro también de tela azul.
De tapiz morado otro, guarnecido con franja de plata.
Un manto de tela blanco con galón de oro.
Otro vestido viejo también de tela encarnada, a excepción de las mangas, que está en la Ermita desechas para el adorno de Nuestra Señora.
Trece lazos encarnados para la Virgen.
Setenta y cinco flores de seda grandes y pequeñas.
Una casulla de persiana encarnada.
Otra de medio tapiz con su cenefa de terciopelo encarnado.
Una casulla y dalmáticas encarnadas de raso ordinario con su galoncito dorado.
Un paño de facistol encarnado de tela, también viejo.
Una sobremesa de tisú encarnado con su galón de plata.
Un frontal de damasco encarnado con su fleco y galón de oro.
Otro frontal también de damasco encarnado con su flecadura de seda.
Dos frontales para los colaterales de medio tapiz con su puntilla de seda.
Dos estandartes, uno de Ntra. Señora azul con su Imagen; y otro de tafetán blanco del Niño con su escudo.
Un velo de Ntra. Señora, de seda listado con su cenefa de otro color.
Cuatro fundas de palos de andas de tela verde, ya viejas.
Cinco paños de cálices de diferentes colores todos de seda.
Seis bolsas de corporales de diferentes colores.
Ocho hijuelas de diferentes colores.
Cuatro hijuelitas para sobre las patenas y una mucetita para el copón.
Cuatro palias para los altares; son cinco.
Cuatro amitos con sus cintas.
Cinco albas de lienzo, excepto la una que es de bretaña.
Dos camisas de Ntra. Señora, la una nueva y la otra servida.
Unas enaguas de Ntra. Señora, de holanda nueva.
Siete cornialtares y quince purificadores.
Cinco pares de corporales.
Una toalla para que se limpien los Sacerdotes.
Dos pares de vuelos y dos vuelillos de Nuestra Señora.
Una camisa del Niño Bellotero. Cuatro cíngulos de seda.