viernes, 22 de octubre de 2010

CAPÍTULO XII (2ª Parte)

"...Continúa vigente en la actualidad este acuerdo con las modificaciones que la realidad ha impuesto. La feria, después de muchas vicisitudes a fines del siglo XIX, ha sido trasladada definitivamente a los días que preceden a la Natividad de la Santísima Virgen, y se celebra a la salida del pueblo en sitio de inmejorables condiciones como es el Coso, al que rodean terrenos de abundante alimentación para el ganado y con abrevaderos construidos a este fin, aprovechando el rico caudal de aguas que hay en aquel lugar. Por esto se lleva en procesión el último día de feria a la Santísima Virgen al real.

Se trae a la Señora con el ceremonial aquí convenido el último Sábado de Abril para celebrar el mes siguiente de las flores en su obsequio, y no se lleva al Santuario hasta fines de Septiembre; porque la novena se hace después de la feria y la función en el tercer Domingo del mismo mes. Se ha suprimido la salve diaria y la Hermandad costea salve solemne los sábados. La asistencia del Ayuntamiento está regulada por un acuerdo de 1863. (78)
La determinación de trasladar la feria a Guadalcanal, fue protestada por la Patrona-Administradora del Santuario doña María Teresa Tena, quien llegó a poner pleito al Ayuntamiento para conseguir la revocación del acuerdo.
Acudió doña María al Consejo y la carta que alcanzó no dio satisfactorio resultado, creciéndose el Ayuntamiento con la confirmación de su acuerdo por parte de la Real Audiencia de Cáceres; lo que motivó el recurso en forma que presentó la Administradora en 16 de Abril de 1794 para obtener la revocación del acuerdo municipal. Del largo pedimento (79), que presentó el procurador al Consejo, y que por su mucha extensión no podemos publicar, tomaremos lo más interesante. Dice que “meditando el Ayuntamiento de Guadalcanal, que sus pretextos y artificios para impedir el debido cumplimiento de el Real Título despachado a mi parte en 24 de Marzo, serían como lo fueron desatendidos en el Consejo, se propuso el incivil de acudir, según parece, a la Real Audiencia de Cáceres de donde obtuvo permiso para trasladar a la Villa de Guadalcanal no sólo la feria y festividad de la pascua, sino la santa Imagen de la Virgen, y a la sombra de este estudiado asilo, aunque mi parte requirió con la sobrecarta del Consejo de diez y nueve de Mayo, en 28 del mismo a el Corregidor, se presentaron ocupaciones en el Ayuntamiento, dirigidas a que se celebrase, como se celebró la feria en el pueblo, nombrando la Villa un Mayordomo que recaudase las limosnas, sin providenciar entonces, ni después, ni hacer hasta ahora a las muchas reclamaciones que en repetidos escritos hizo mi parte; siendo por lo mismo de temer que en la próxima pascua de Pentecostés se quiera ejecutar lo que en el año pasado de 92 se ejecutó. Los daños y perjuicios que se han causado de la traslación de la feria y de la santa Imagen a el pueblo, han sido muy graves; porque contiguo a la Ermita hay no sólo portales y edificios, construidos para el alojamiento de las tiendas, sino casas para hospedarse las Cofradías de las Villas de Ahillones, Valverde y Berlanga, que de muy antiguo concurren a solemnizar aquella festividad y todo queda inútil, gravando a los mercaderes y compradores, con el diferente gastos excesivo que hecho en la Villa, de el que harían en aquel despoblado, habiendo sido un retrahente que ha disminuido muy considerablemente las limosnas, no alcanzando las que se sacaron para gastos de cera, procesiones y demás de la festividad; cuya resta tuvo que suplir el caudal de la santa Imagen, cuando celebrándose en el Santuario sobraban para el reparo de edificios y portales.” Sigue exponiendo los perjuicios causados a ella y su hijo como administradores y sucesores en el patronato y pide que las cosas vuelvan al estado que tenían. El fiscal en auto de 14 de Mayo, mandó informara la Villa, y como ésta no diera informes, a instancias de doña María Teresa se pidieron de nuevo en 6 de Mayo y recibidos se dieron los autos al fiscal, quien teniendo en cuenta que “la traslación de la Imagen de Guaditoca y de la feria se han verificado, la primera con autoridad del ordinario eclesiástico y la segunda por decreto del Tribunal de la Audiencia de Cáceres; y no reconociéndose en el título de Administrador, cláusula ni prerrogativa que haga formar concepto de que dicha feria deba subsistir y celebrarse en el despoblado donde antes se tenía le parece puede desestimarse la solicitud de doña María Teresa Tena; y si ésta se encuentra agraviada en cuanto a las limosnas y su administración acuda ante el Vicario de Guadalcanal.


El 13 de Agosto 1794, dio sentencia el Consejo conformándose con el fiscal.
Pronto se tocaron las consecuencias en orden a las Cofradías.
En 1794, la Cofradía de Valverde celebró como de costumbre Cabildo de cuentas y elecciones en 29 de Junio y al hacerse la elección de cargos el Alcalde de la Villa suspendió la elección. Medió el Párroco buscando la concordia y al mes siguiente se reunió nuevamente la Cofradía y lo acordado se consignó en el siguiente acta. (80)
“En la Villa de Valverde a veinte y un días del mes de Julio año de mil setecientos noventa y cuatro, los señores D. Alonso García de Ortega, cura de la parroquial Iglesia de ella, y Pedro García Ortega, alcalde ordinario y de primer voto de esta dicha Villa, habiendo visto el anterior nombramiento (81) verbalmente prohibió su ejecución su merced dicho señor Alcalde, sobre que formó autos; y para contener su seguimiento medió su merced el Sr. Cura para que se suspendieran, con tal que dicho anterior nombramiento sea en sí nulo y de ningún efecto: y desde luego acuerdan sus mercedes se suspenda el nombrar Mayordomo y Cofrades hasta que se decida el litis que tiene pendiente la Patrona de la Ermita de Nuestra Señora de Guaditoca con el caballero Corregidor de Guadalcanal; y si lo ganase la patrona y volviese a hacerse las funciones en la Ermita, como antes, se vuelvan a nombrar Mayordomos y Cofrades; pero si ganase el pleito el Corregidor y quedase la función en la Villa de Guadalcanal, se acudirá al Juez eclesiástico ordinario a proponerle y pedir en que inviertan los bienes y censos de esta Cofradía (82) aplicándolos a otra pobre de esta parroquial, o lo que estime conveniente: y a que así se cumplirá lo firman sus mercedes para aliviar disturbios e inconvenientes, de que yo el Notario y Escribano doy fe = D. Alonso García Ortega – Pedro García Ortega – Ante mí, Manuel Gallardo de la Vera.”


Continuaba el litigio en el siguiente año sobre el traslado de la feria, y la Cofradía de Valverde hubo de tomar los acuerdos pertinentes a la situación en que se encontraba, después de lo ocurrido en el año anterior; de ello da noticias el acta siguiente:
“En la Villa de Valverde a veinte y nueve días del mes de Junio, año de mil setecientos noventa y cinco; los señores D. Alonso García Ortega, cura de la parroquial Iglesia, y Cofrades de la Cofradía de nuestra Señora de Guaditoca, y su merced el señor Alonso Gómez Puebla, Alcalde ordinario y de primer voto de esta dicha Villa, estando juntos hicieron comparecer este libro y visto el acuerdo anterior, y que el litis de la Patrona subsiste sin haberse decidido, y que no ha llegado la santa Visita para que por el Señor Juez eclesiástico se determine lo que se deba hacer en el asunto a que se llega, que siempre han entregado y se ha traído a esta Villa el Niños Jesús, llamado Bellotero, y se le hace su función el Domingo de la Santísima Trinidad, todos los años de inmemorial tiempo, cuyo privilegio no se debe permitir se pierda, y en lo que se han invertido e invierten las rentas de esta Cofradía; habiéndolas costeado Alonso Buiza se le reciba y de la cuenta del percibo de las rentas y gastos de la función del Niño y se nombre y administrador y mayordomo que cobre dichas rentas y celebre la función del Niño Bellotero, llevando cuenta para darla en fin de año, que cumplirá otro tal día, y para que se le reciba y asistan la función con las insignias, se nombrarán un Alcalde y cuatro Regidores por Cofrades, sin que sea visto ir contra el dicho anterior acuerdo, en cuanto a las funciones que anteriormente se hacían, hasta que vuelva a hacerse la feria y función en la Ermita. Y habiendo comparecido dicho Alonso Buiza, dio y se le recibió la cuenta de su cargo y data… Inmediatamente sus mercedes procedieron a nombrar Mayordomo y Cofrades y de un acuerdo con su merced el Sr. Alcalde lo hacen los sujetos siguientes: para Alcalde el dicho Alonso Buiza; para Regidores; Juan Dorado, menor, Juan Sánchez Calvo, Gonzalo Espino Dorado y José Limones: para Administrador o Mayordomo a Alonso Gómez Puebla, menor, por haberlo pedido, y ofrecido de limosna el gasto de cera.”


En 25 de Noviembre del mismo año estaba el Visitador en Valverde; pero no podemos saber que providencias tomara en el asunto, pues falta la hoja en el libro y no queda al final de la anterior más que esta palabras “Guaditoca: Visita general de 1795.- En la Villa de Valverde a ocho de Noviembre de mil” sin embargo por la cuenta del siguiente año podemos conjeturar lo que se resolviera en la Santa Visita, pues la Hermandad de Valverde, que hasta este año se titulaba “Cofradía de Nuestra Señora de Guaditoca”, desde esta fecha, 29 de Mayo de 1796, se llama “Cofradía de Nuestra Señora y Niño Bellotero.” De resultas, por tanto, de la traslación de la feria, la Cofradía de Valverde dedicóse principalmente al culto del Niño Jesús.
Las Cofradías de Berlanga y Ahillones, aún daban señal de vida en este tiempo; pero la traslación de la feria fue causa de que se extinguieran. Tan perjudicial fue trasladarla a Guadalcanal."