lunes, 5 de julio de 2010

CAPÍTULO XI (1ª Parte)

Nuevas pretensiones del Ayuntamiento al Patronato del Santuario de Guaditoca.- Provisión del Real Consejo de Órdenes.- Traída tumultuosa de la Virgen en 1790.- Acuerdo del Ayuntamiento.

A la muerte de D. Juan Pedro de Ortega renovó el Ayuntamiento sus pretensiones a ejercer el patronato sobre el Santuario de Nuestra Señora de Guaditoca.
En las anteriores ocasiones limitaban sus aspiraciones al nombramiento de Mayordomo interino hasta que el descendiente de D. Alonso Carranco obtuviera la Real Cédula, según se previene en la concesión a D. Alonso Ortega y Toledo, Marqués de San Antonio; ahora intenta el Municipio ejercer por sí tal derecho.
En efecto: el Ayuntamiento nombró administrador del Santuario y caudal de la Santísima Virgen de Guaditoca, en Diciembre de 1789; pero el 19 de Enero siguiente por un auto declaró el Alcalde mayor de la Villa, D. Antonio Donoso de Iranzo, que este nombramiento se entendiera como interino y por la menor edad y falta de aptitud de D. Francisco de Ortega y Tena y sin perjuicio de los derechos que a éste correspondieran.
Acudió D.ª María Teresa a S.M., y obtuvo Real Cédula necesaria para administrar el Santuario durante la menor edad de su primogénito, y con obligación de que este al llegar a la mayor edad, había de sacar título para su disfrute. Fue dada la Real Cédula en Aranjuez a 24 de Marzo de 1792.
Recibida la Real Cédula el Vicario eclesiástico de la Villa de Guadalcanal cumplió inmediatamente el mencionado Real Título; pero al presentarlo al Ayuntamiento, se opuso este en 17 de Abril del mismo año, alegando que no podía mirar sin el mayor dolor la enajenación del Patronato del Santuario y la administración de sus bienes producidos de heredades, rentas y limosnas; exponiendo la intervención que ejerce la Villa cuando por alguna necesidad se conducía al pueblo la Santa Imagen y se restituía procesionalmente a su Ermita; llamando obrepticia y subrepticia a la adquisición del patronato por los Ortegas; sindicando la conducta de los patronos en términos acres y mordaces; figurando defectos de reparación y de ornamentos en la Ermita; atribuyendo a prepotencia de los Ortegas el haberse mantenido y permitiéndosele la continuación en el patronato, y alegando el nombramiento que hacía la Villa de Mayordomos de Fábricas y demás Ermitas, y el que hizo para Guaditoca a la muerte de D. Juan Pedro de Ortega; acordando en su virtud suspender el cumplimiento del Título, y acudiendo al Consejo de Órdenes para que “se dignase declarar el patronato de la referida Ermita y la administración de caudales en favor de la Villa, interin y hasta tanto que el supuesto Patronato actual acreditaba instrumentalmente la propiedad del referido patronato con citación y audiencia del Ayuntamiento, o en defeco resuelva que la Villa formalice en esta superioridad la correspondiente demanda, a la que estará pronta, como en obedecer con el mayor respeto sus preceptos, y que las cuentas de los caudales de la Santa Imagen se tomen en el Ayuntamiento, o al menos, se reconozcan o aprueben, sin perjuicio de la calificación del Consejo a donde se remitan anualmente”. Noticiada D.ª María Teresa de esta novedad, solicitó la posesión del Patronato para los efectos prevenidos en el Real Título y se le denegó hasta la resolución del Consejo en auto, que proveyó el Corregidor en veinte de Abril; dándosele testimonio que se apresuró a remitir al Consejo, nombrando procurador a D, Esteban Puzón y Merino.
Acudió éste en defensa de su parte, pidiendo que se mandase obedecer y cumplir el Real Título despachado, reservando para otro juicio de mayor conocimiento los pretextos de la Villa, si en él los dedujese; y contestando a los cargos del Ayuntamiento dice: “que es extraño que este haya guardado tanto silencio cuando ahora aparenta celo excesivo, probando este vario modo de pensar que lo que se busca es pretextos. Y en cuanto a la obrepción y subrepción, a la prepotencia de los Ortegas y a lo demás que se expone alusivo a poner en disputa el patronato y a radicarle en la Villa con el último nombramiento de Mayordomo, presentó con igual juramento las diligencias originales obradas en el año 1759, cuando con otros iguales pretextos quería oponerse el Síndico Procurador de Guadalcanal a que se expidiese Real Título de Patronato a D. Pedro de Ortega y Arjona, abuelo paterno del hijo menor de la mía; pues del Archivo de la misma Villa se puso testimonio del Real Título primitivo que con fecha en Balsain a 4 de Septiembre de 1722, se despachó a D. Alonso de Ortega Ponce de León y Toledo, cuyo contexto desvanece el dolor de la enajenación que ahora aparentan los concejales, y los vicios que atribuyen a los Ortegas: pues precedidos los informes, que el Consejo graduó necesarios, se acreditó el relato que había hecho D. Alonso de Ortega Ponce de León de que su segundo abuelo D. Alonso Carranco había labrado a su costa una Ermita de Nuestra Señora de Guaditoca para trasladar a ella la divina Imagen, por ser la que tenía corta e indecente, precedida la licencia del Vicario general de la provincia, quien había mandado que no se le embarazase en el uso de una puerta que de dicha Ermita, entraba a una casa contigua a ella para el efecto de su mayor asistencia y cuidado, según lo habían estado practicando el referido D. Alonso, su padre y su abuelo; y en vista de todo se despachó a el sobredicho el título de administrador para sí y sus sucesores en nombre de la Orden, con las facultades y prerrogativas que sucesivamente se han repetido en todos los demás Títulos sin intermisión…
Resulta además de dichas diligencias y en conformidad de lo hasta aquí expuesto, que la Villa en 20 de Octubre de 1722, sin reparo alguno mandó guardar, cumplir y ejecutar el referido Real Título despachado en Belsain y poner un tanto en sus libros para su perpétua constancia, certificando el escribano Francisco Muñoz Durán que aunque había registrado los acuerdos de diferentes años anteriores al de 1722, en que constaban los nombramientos que la Villa hacía anuales de Mayordomos de Fábricas y Ermitas, no se hallaba alguno de la de Guaditoca, y por último compulsó el acuerdo de 9 de Mayo de 1759 por el que con respecto a la proximidad de la feria y a haber fallecido D. Nicolás de Ortega y Toledo… nombró Mayordomo con la calidad expresa de interin que la parte que fuere interesada sacare legítimo título, como lo sacó el D. Pedro de Ortega y Arjona…”
Resolvió el litigio el Consejo de Órdenes, por Auto de 19 de Mayo del año 1792 mandando se librase el correspondiente despacho para que la Justicia y Ayuntamiento de Guadalcanal dentro de 24 horas siguientes a su recibo, diesen liso y llano cumplimiento al Real Título de Administrador de Guaditoca expedido en 24 de Marzo de este año, con apercibimiento; y se reserva a la Villa de Guadalcanal su derecho para que use de él en el Consejo cuando y como le convenga; expidiéndose en 21 del mismo mes la Real Provisión.