domingo, 19 de septiembre de 2010

El beso del Adiós


Tras una solemnísima función principal de Instituto, llegó el domingo y la Parroquia abría sus puertas para que Guadalcanal se despida de Su Patrona. Tras cinco meses entre nosotros, llega la hora del adiós. El adiós de todo su Pueblo que desfiló ante Su Imagen Sagrada y rindió con un Beso su más absoluta acción de Gracias. Las Gracias de unos hijos que buscan en su Mirada la Salud y la Esperanza con la que afrontar los siete meses que nos quedan hasta que vuelva a nuestro pueblo.

Su Pueblo, que La veneró en su anual novena, que la acompañó hasta la Feria y que compartió con Ella la Gloria Eucarística de Jesús Sacramentado la tarde del Corpus Christi. Su pueblo que la recibió en Abril con los balcones llenos de letanías con las que alababan su grandeza y su divinidad por encima de todo. Ese mismo pueblo, esos mismos hijos, pasaron el domingo por Su Mano y la besaron como ellos sólo saben hacerlo. Su pueblo, que espera impaciente el poder acompañarla por los senderos y caminos que conducen a ese lugar de la gloria que se llama Guaditoca. Ese pueblo hoy ha besado Sus Manos, como cuando viene y La espera en el Puerto. Ese mismo pueblo, esa misma gente, hoy ha puesto en las Manos de Su Patrona el Beso del Adiós. Ese beso con el que la hemos despedido todos y con el que nos quedamos para el resto del año, esperando que desde Su Ermita nos proteja siempre. Ahora sólo quedan días para despedirla, para acompañarla hasta su Santuario. Con ello, comenzará el sueño de la espera, el anhelo de Su Presencia. Hasta entonces, sólo nos quedará en nuestros labios el dulce aroma que nos dejan sus Manos, esas Manos en las que Guadalcanal busca Consuelo para esperar impacientes que de nuevo llegue Abril.